Vivió la clase de yoga más embarazosa del mundo y cuenta su experiencia por Facebook

Vivió la clase de yoga más embarazosa del mundo y cuenta su experiencia por Facebook0shares

Siempre es interesante conseguir historias en internet de personas comunes y corrientes en situaciones que cualquiera podría enfrentar. Una situación que todos enfrentamos es el primer día de clases, el cual nunca resulta sencillo, ya que no es fácil integrarse a todo un grupo que lleva meses juntos y mucho menos adaptarse de buenas a primera a lo que acostumbran a hacer.

Por eso nos pareció tan interesante la historia que Laura Mazza, una madre bloguera, compartió en Internet, donde cuesta con lujos de detalles cómo fue su primera clase de Yoga y lo que ocurrió ahí fue tan vergonzoso que está haciendo reír al mundo entero.

Ella comienza su relato diciendo: "Me decir que me he inventado esta historia, pero desafortunadamente es real" y así te introduce a la clase de Yoga más embarazosa y divertida del mundo. Lo fascinante de todo, es que muchas mujeres podrán sentirse identificadas con esta mamá... ¡Sigue leyendo para saber lo que le pasó!

Laura Mazza es la mujer detrás del blog "Mum on the Run".

El cual se puede traducir cómo "Mamá en la carrera".

En su blog, Laura comparte sus experiencias como madre. Y lo último que escribió ha hecho que el mundo entero se divierta. Resulta que esta mamá se unió a una clase de yoga que no fue del todo como le habría gustado.

"Me gustaría decir que me he inventado esta historia, pero desafortunadamente es real", comienza su relato.

"Tengo una separación muscular. Tener a mis hijos separó mi muro abdominal de la misma manera que Moisés separó el Mar Rojo. Sí, eso no es bueno, por lo que mi estómago parecía un cono. Así que estoy tratando de estar más 'en forma' y arreglarlo, y mi médico me sugirió que probara el yoga".

"Así que me puse mis pantalones de yoga", continua Laura su relato.

"Para alguien que nunca ha hecho yoga, parezco que tengo un montón de esos pantalones. Así que cogí los que menos lucían para dormir, los estiré un poco y me puse una blusa limpia. Y así fue como terminé usando mi ropa de nana regular".

"Entramos a la clase, todo estaba oscuro y había velas por todos lados".

"Y pensé: Madre mía esto es yoga de verdad..."

"Todos hablaban entre ellos y con la entrenadora".

"Ella estaba diciendo algo como '¿Y cómo está Daryl y su pierna...?' Mientras que yo me escondía allí en una esquina pensando 'Por el amor de Dios que no me vean'".
"Querido señor, ayúdame, padre".

"Entonces todo el mundo comenzó a quitarse los calcetines".

"Y yo pensando 'oh señor, mis dedos peludos', no me los había afeitado, sólo me había afeitado los tobillos por si mis pantalones se subían".

"Así que veo a todas esas mujeres delgadas con sus lindos pantalones de yoga apretados".

"Y los míos con una bengala de los 80 de fondo. Entonces comienzan a revelar los dedos de los pies y aquí estoy, con mis pies de frodo, tratando de esconderme en la esquina para no tener que hablar de mi vida personal".

"Entonces la maestra dice en voz alta 'oh, tenemos un nuevo miembro esta noche. Somos bendecidos con la compañía de...'".

"Y yo respondí con un 'oh sí, estoy bendecida con tu compañía', no sé por qué dije eso, probablemente porque soy una idiota social... Ella me contestó diciendo: 'Lo siento, trataba de encontrar tu nombre'. Le dije que me llamaba Laura y me hizo unas cuantas preguntas en las que metí la pata".

"La clase comenzó haciendo posiciones al azar, iniciando con la del perro".

"En ese momento, siento una buena grieta en mi espalda, por lo que comienzo a pensar 'puedo hacer esto, me encanta el yoga. ¡Soy una chica yoga! Mírenme, estoy muy en forma ahora'. En el instante en que la posición del perro baja fue cuando empecé a sentir mis tripas. Durante las últimas semana he tenido síntomas IBS como loca. Mis pedos apestas como algo mezclado entre huevo podrido y una planta de incineración".

"Y en algún punto entre la posición de los delfines y el perro de tres patas, dos de esos huevos ardientes se me salieron y me tiro un pedo".

"Me tiré un pedo en clases de yoga. Soy un cliclé andante. Mi piso pélvico me ha fallado. Todos están calladso y pienso: ¡Demonios! Dios gracias por eso. Entonces nos movemos a una posición en que mi cabeza termina entre mis pierna y el olor me golpea como un puñetazo en la nariz".

"En ese momento pienso: ¿me voy?, ¿me voy del país?, ¿está pasando esto? ¿me está pasando a mi?".

"Bien. Abrazo mi determinación y digo: ¿Sabes qué? Todo el mundo se tira pedos. Así que seguí intentado esas ridículas posiciones. (...) Pero entonces la profesora comienza empujar a todos hacia abajo. Así que aprieto mi trasero para asegurarme de que ningún pedo se escape de nuevo. Pero, cuando la profesora empuja mi espalda hacia abajo... BUUUUUUUUUUUURRRRPPPPPFFFF. La trompeta más ruidosa sale de mi trasero".

"Me congelo y pienso: 'Dios mío, Dios mío".

"Jesús. Lo que acaba de suceder... Estoy soñando, seguro. Esto es una pesadilla. Mi cara se pone roja y tengo lágrimas en mis ojos por la vergüenza. Entonces me levanto, intento recoger mi alfombra de yoga, pero no puedo. Cogo mis zapatos, calcetines y bolsa y salgo corriendo por la puerta.  Justo antes de irme, decido darme la vuelta y me siento avergonzada al ver a todos de rodillas con sus ojos amplios mirándome en estado de shock (o en un coma despierto por el olor). Lo peor es que la profesora me mira, inclina su cabeza, une sus manos y dice: 'NAMASTE'".

"Lo siento. Nunca volveré a hacer yoga de nuevo".

"Al carajo la separación muscular", concluye Laura su historia.

¿Qué hubieras hecho en esa situación?

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