Un niño ruidoso, alegre, inquieto y curioso es realmente feliz

Un niño ruidoso, alegre, inquieto y curioso es realmente feliz27shares

Durante la infancia la curiosidad natural de los niños está en su máximo nivel. Para ellos todo es una experiencia nueva y mágica, que fácil podría desencadenar una aventura maravillosa o una experiencia inolvidable. Lo que los padres no podemos olvidar es que detrás de todas ellas está, primeramente, el aprendizaje. 

Una infancia feliz no solamente se transforma en una fuente de recuerdos que te acompañarán el resto de tu vida, también constituye la base de la persona que serás en tu etapa adulta, pues los valores, capacidades, dueños y proyectos tienen sus orígenes en las experiencias que vives durante estos felices años. 

Es por ello que la más acertada afirmación que podemos sostener es que mientras más felices sean los niños, mejores adultos estaremos creando, y para ello es necesario que exploren el mundo. 

Un pequeño gran desastre

Por supuesto, no podemos esperar que descubran las maravillas de su entorno de forma organizada. La curiosidad, las travesuras, las mentes inquietas, son las bases de esta experiencia, que siempre irá acompañada de un pequeño caos, desde luego. 

La falta de comprensión adulta

Hoy en día existe un movimiento que ha estado proliferando en restaurantes, bares, hoteles donde expresan claramente que los niños no están permitidos en estos lugares, ofreciendo a su clientela un espacio de paz, lejos de la algarabía infantil. 

Evidentemente, esto llama a la reflexión

¿Qué pueden haber hecho los niños, más allá de ser lo que está en su propia naturaleza? ¿No fuimos nosotros mismos niños alguna vez?

¿O acaso hemos olvidado nuestra propia infancia? 

Esa capacidad de evocar nuestro niño interior se esta perdiendo impidiéndonos conectarnos con los pequeños que actualmente son nuestra responsabilidad. 

¡Es hora de evaluar nuestra conducta!

Y para empezar, debemos recordar lo que hay detrás de un niño travieso y ruidoso, de esos que crean alboroto por donde pasan. 

Muchas personas al ver un niño llorar dicen que esto es el resultado de una mala crianza por parte de sus padres, a quienes incomodan con comentarios

Sin embargo, esto no es para nada así. Un niño que llora, especialmente si es pequeño, se está comunicando con sus padres, y estos lo saben bien

Decir que los padres "no lo están haciendo bien" solo porque no podemos tolerar algo de conducta infantil, dice mucho de la falta de tolerancia

Por el contrario, el llanto es algo que los padres entienden y atienden cuando se presenta pues saben que su hijo necesita de ellos 

Ademas, cada niño tiene su forma de ser, única e irrepetible. Algunos pueden ser ruidosos otros serenos, y todos merecen el mismo respeto

El mito de la "mala madre" es un reflejo de nuestra propia falta de paciencia como adultos, pues los niños son ruidoso y nada tiene que ver la crianza

Por ello, al tropezarnos con una madre que lidia con el llanto incontrolable de su bebé, deberíamos mostrar más empatía, quizás ofrecer algo de ayuda

La "niñofobia" de los últimos tiempos nos ha alejado de lo que una vez fuimos, y de las bases del futuro de nuestra propia especie

Además, como consideración, deberíamos pensar que vetar la entrada a los niños a un lugar, evidentemente aleja también a sus padres

Los niños traviesos responden a la curiosidad que los motiva, y de la cual resultarán los proyectos que intentará alcanzar como adulto

Los niños ruidosos que exploran y tocan todo son aquellos que desean aprender y que no le temen a nada, pro ende están dispuestos a soñar alto

Si reprimes estos impulsos estarás creando un niño coartado e infeliz, que resultará en un adulto temeroso y conformista

Del mismo modo, los gritos y las carcajadas sonoras son la expresión de sus emociones, al igual que el llanto y las pataletas, son ira y tristeza

Y la única forma de que el pequeño aprenda a reconocerlas y canalizarlas es vivirlas y explorarlas, si lo cohíbes de hacerlo, el daño será tremendo

Los niños necesitan nuestra guía, más que la corrección castrante o el ser ignorados. Debemos procurar que no se lastimen en su aprendizaje

Lo mejor es fomentar la curiosidad, la interacción y la exploración, mientras les enseñamos las conductas adecuadas, sin cortar sus alas

Un niño feliz es alegre, ruidoso e inquieto por naturaleza, solo hace falta ver a un grupo de ellos en la guardería o el parque para recordarlo

Y necesitan de la tolerancia y paciencia de los adultos que les rodean, no solo de sus padres

Su espontaneidad es parte de su carácter alegre, así que en lugar de alejarlos de nuestros espacios aprendamos a disfrutar de ellos

Dejemos que nos recuerden lo maravillosos que es el mundo y cuánta magia está a nuestro alrededor, ¡qué nos contagien su alegría!

¿Te gustan los niños? Déjanos tu opinión y comparte para que más personas aprendan a ser tolerantes y respetuosos con los más pequeños

DEJANOS SABEN TU OPINION
TE LO RECOMENDAMOS
TU PUEDE INTERESAR