Realiza Estos Ejercicios Antes De Irte A Dormir Y Notarás Un Increíble Cambio En Tu Cuerpo

Realiza Estos Ejercicios Antes De Irte A Dormir Y Notarás Un Increíble Cambio En Tu Cuerpo2kshares

A muchos nos pasa, morimos de sueño durante el día pero cuando llega la noche empezamos a dar vueltas en la cama hasta que logramos conciliar el sueño muy tarde en la noche. 

Las personas que sufren de esta condición con regularidad normalmente se sienten muy agotados durante el día y se convierten en adictos al café o al azúcar para intentar permanecer despierto y alerta. Cuando esto sucede algunas de las consecuencias más evidentes son los síntomas de depresión y el aumento de peso.

Existen varias posturas de yoga que pueden ayudarte a descansar a la hora de dormir. No son nada complicadas, así que no necesitas ser demasiado flexible para hacerlas. 

Existen numerables estudios científicos que demuestran que el yoga trae muchos beneficios para la salud, así que es hora de ponerlos en práctica. Al fin y al cabo no pierdes nada con intentarlo.

Si es la primera vez que realizas este tipo de ejercicios, es recomendable que no los hagas por mucho tiempo. Con el tiempo podrás aumentar hasta llegar a 5 minutos o más. 

1. Balasana o postura del niño.

Esta postura no es la más recomendada si tienes algún problema de rodilla. Si no es así, podrás disfrutar de una intensa relajación en tu sistema nervioso, espalda, hombros, estómago y mente.

En que caso de que no logres pegar tu trasero en tus talones, dobla una manta varias veces y colocala debajo. Puedes decidir entre estirar los brazos frente a ti o dejarlos relajados a los lados. Utiliza una alarma para saber cuándo abandonar la postura. Mientras estés realizando la postura del niño asegúrate de respirar profundamente, intentando concentrarte en tu espalda.

2. Badhakonasana o postura de la mariposa

Para realizar la postura de la mariposa debes recostarte sobre tu espalda, levantar las rodillas, juntar los talones de los pies y dejar caer con cuidado las rodillas a los lados.

Para la mayoría de la gente no resulta fácil llegar con las rodillas hasta el suelo. Pero para relajarlas, puedes colocar una pila de libros o una manta enrollada bajo cada una de tus rodillas. Deja tus brazos a los lados, completamente relajados. Respira profundamente, concentrándote en tu vientre bajo.

3. Espalda rodante.

Acostado sobre tu espalda, toma tus rodillas (o mejor las espinillas, si las alcanzas, como se aprecia en la foto). Rueda lentamente de un lado al otro. Esta es la postura ideal para estirar y dar un masaje a la zona inferior de tu espalda si has tenido un día muy largo y pesado en el trabajo. Deja caer tus piernas y siente cómo se relajan totalmente. Al mismo tiempo, deja caer tus hombros al suelo: asegúrate de no tensarlos mientras te sujetas las rodillas. Y no olvides respirar profundamente.

4. Supta Matsyendrasana o postura de torsión de columna supina.

Recostado sobre tu espalda, sube las rodillas y déjalas caer hacia el lado derecho. Puedes buscar el equilibrio de tus piernas sujetando el muslo izquierdo con la mano derecha y al mismo tiempo estira el brazo izquierdo hacia la izquierda y gira la cabeza con cuidado hacia la izquierda.

Al realizar esta postura debes dejar que tus hombros caigan al suelo lo más que puedas. Si olvidar tu respiración profunda. Después repite la postura del lado contrario.

5. Matsyasana o la postura del pez.

Rescostado sobre tu espalda con tus brazos a los lados en el suelo, desliza tus manos con las palmas hacia abajo apoyándote en la base de tus glúteos. A medida que las deslizas, comienza a presionar la parte inferior de los brazos contra el suelo al mismo tiempo que doblas los codos. De esta manera levantarás la parte superior de tu cuerpo y abrirás el pecho.

Si sientes alguna molestia en el cuello puedes mantener la cabeza erguida o inclinarla hacia atrás en el suelo lentamente. Respira profundamente de cinco a diez veces y luego saca las manos de debajo de tu cuerpo. Quédate recostado y disfruta sintiendo como tu pecho se expande.

6. Kapotasana o postura de la paloma.

Esta postura es un poco más avanzada, así se recomienda dejarla para cuando hayas practicado un poco más las anteriores. Algunas personas se sienten más cómodas colocando una manta, almohada o libro debajo de su cuerpo, así que puede ser tu caso. Para empezar siéntate con las piernas cruzadas, coloca las palmas de tus manos en el suelo delante de ti y mueve el peso de tus glúteos hacia delante. Desliza la pierna izquierda hacia detrás hasta que esté completamente estirada, como se aprecia en la imagen. El reverso de tu pie izquierdo debe quedar presionando contra el suelo.

Expande el pecho hacia afuera, relaja los hombros y asegúrate de poner una manta gruesa o almohada bajo la parte derecha de tus glúteos para que logres relajarte por completo. Este es un estiramiento intenso, así como relajante.

Ahora cuidadosamente, mueve tus manos hasta que la parte superior de tu cuerpo quede estirada sobre tu pierna derecha doblada. Intenta mantener la espalda lo más recta posible: es importante que te concentres más en mantener la longitud de la espalda que doblar todo el cuerpo hacia adelante. Continúa con tu respiración y relaja la cabeza y hombros, mientras permites que el estiramiento se expanda hasta tus caderas e ingles.

Durante los primeros días de practica no es recomendable permanecer más de un minuto en la postura de la paloma, aunque con el tiempo posiblemente disfrutes manteniéndola hasta por diez minutos. ¡Después repite la postura del otro lado!

7. Meditación

Muchas personas han tenido el placer de descubrir cómo la meditación resulta increíblemente beneficiosa para relajarse y dejar de lado el estrés del día a día. Cruza tus piernas, siéntate sobre el filo de una manta bien doblada o un libro grueso. Estira la columna vertebral hacia arriba y relaja los hombros al mismo tiempo.

Se recomienda hacer uso de una alarma para medir el tiempo que deseas permanecer sentado (¡diez minutos o más!). En este momento puedes empezar a respirar más profundamente. Concéntrate en la respiración y cada vez que tu mente se disperse, regresa al flujo de aire que sale y entra.

Si algún problema, sentimiento o experiencia del día te mantiene distraído, trata de no evitarlo; bien sea que te sientas frustrado, deprimido, molesto o nervioso. A partir de ahora, en vez de estar distraído por ello, simplemente permítete "estarlo". Y regresa a la respiración.

8. Paschimottanasana o postura de la pinza.

Sentado erguido, estira tus piernas en el suelo y antes de inclinarte hacia adelante, siéntate con tu espalda recta. Estira la columna vertebral hacia arriba y cuando sientas que tu espalda esta totalmente estirada, inclina el cuerpo hacia delante.

Si deseas centrarte más en las piernas, puedes inclinarte hacia delante con la espalda doblada. Aunque si tienes problemas de espalda, o te provoca ir un paso más allá y utilizar todo el cuerpo durante la postura, mantén la espalda erguida e inclínate hacia delante, lo más que puedas, mientras mantienes tu espalda recta. ¡No te agobies si no logras conseguir un ángulo de 45 grados! A la mayoría le cuesta por falta de flexibilidad, y para ser honestos, la profundidad de la inclinación no es lo que más importa.

Para que se te haga más fácil mantener la espalda recta, apóyate colocando las manos al lado de los muslos o las rodillas (esto dependerá de qué tan lejos puedas flexionarte). ¿Se me olvida algo? Exactamente: ¡respira hondo!

9. Parivrtta Sukhasana o postura fácil.

Sentado con tus piernas cruzadas, coloca tu mano derecha sobre tu rodilla izquierda y tu mano izquierda detrás del lado izquierdo de tu cadera. Ahora gira lentamente el tronco a la izquierda. Continúa respirando y estira tu columna vertebral todo el tiempo, incluso en el momento de girar. Repite estos pasos del lado contrario.

10. Viparita Karani.

Ubícate frente a una pared libre en tu casa donde tengas suficiente espacio; recuéstate en el suelo y apoya las piernas estiradas contra la pared. Deja los brazos relajados a los lados y no tenses los hombros, para permitir que se apoyen sin problemas en el suelo. Inhala y exhala profundamente, enfocando tu atención en tu pecho.

Si sientes tu cuerpo muy rígido, intenta no pegarte demasiado a la pared para realizar una flexión más suave. Y si tenes algún problema en la parte baja de la espalda, puedes colocar una almohada o toalla debajo del coxis para que te sirva como apoyo.

En el siguiente video podrás ver cómo realizar estas posturas correctamente: 

Si aún eres indiferente con respecto al yoga, estás a tiempo de iniciar: no es necesario que asistas a un estudio de yoga junto a un grupo de expertos en la materia. De hecho, no estás obligado a repatir ningún mantra ni encender incienso (aunque si es de tu gusto, ¡hazlo!). En la comodidad de tu hogar, y sin que nadie se entere, puedes intentar practicar estas posturas para deshacerte de tus problemas de sueño, ansiedad o estrés, y ya verás si te funionan.

Hoy en día, no sólo los gurús modernos recomiendan el yoga, los profesionales de la salud también lo hacen. Y cada día son más. 

Si notas mejorías en tu cuerpo después de poner en practica estos ejercicios (y no dudo que así será), ¡sé agradecido y COMPÁRTELO con todos tus amigos!

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