¿Qué son los ejercicios de Kegel, cómo hacerlos y por qué te harán mucho bien?

¿Qué son los ejercicios de Kegel, cómo hacerlos y por qué te harán mucho bien?1shares

Existen partes del cuerpo a las cuales le prestamos una atención exagerada mientras que a otras las descuidamos de manera insólita, olvidando que todas en general tienen su debida relevancia para mantener una buena salud integral. De manera que es vital tomar conciencia sobre esta realidad y motivarse a explorar aquellas áreas menos atendidas con el fin de fortalecerlas como es debido.

Una de ellas es la zona pélvica. Puede que sea un asunto de pudor o simple desconocimiento, pero muchas personas descartan la posibilidad de que la musculatura de esta área requiere ser ejercitada. Sin embargo, desde hace algunos años se ha venido prestando mayor atención a este hecho, tanto así que hoy día se cuenta con una rutina ideal para mantenerlos en forma sin demasiado esfuerzo, pero sí con múltiples beneficios.

Fue así como nació la rutina de ejercicios Kegel, la cual debe su nombre al ginecólogo estadounidense Arnold Kegel, quien fue el primero en implementar este sistema en sus pacientes. Aquí en Buenamente.com te explicaremos con mayor detalle en qué consiste, cómo deben realizarse y cuáles son las ventajas de esta innovadora rutina. Luego de conocerla un poco más, te lamentarás por no haberte enterado antes. Sigue leyendo y lo comprobarás...

Comencemos por saber qué son realmente los ejercicios de Kegel.

Es una rutina compuesta por simples movimientos de contracción y relajación de la zona pélvica, los cuales ayudan a fortalecer esta delicada (pero olvidada por muchos) área del cuerpo humano. 

Quizás no comprendas por qué deben ejercitarse estos músculos.

Parece mentira que realmente esa sea una de las inquietudes más recurrentes entre quienes no le ven ninguna utilidad a estos ejercicios. Por eso, es vital aclarar que esta área se compone de los órganos urinarios, digestivos y reproductivos. Si eso no te aclara un poco el panorama sobre su relevancia, es difícil que cualquier otra cosa lo haga…

Su debilitamiento suele ocasionar serias molestias en todos los sistemas que apoya.

Unas de las más comunes son la incontinencia urinaria y fecal, aunque hay otras como por ejemplo la emisión excesiva de gases.

Los tejidos de la zona pélvica se debilitan por diversas causas.

Estando entre las primeras en la lista los partos naturales, algunas prácticas deportivas de alto impacto, padecer de estreñimiento y el sobrepeso. Indistintamente, son bastante delicados debido a que tienen la responsabilidad de soportar todo el peso de los órganos que la componen (útero, vejiga, intestinos y recto).

Con tan sólo invertir entre 5 y 10 minutos al día, notarás considerablemente la diferencia.

Según los especialistas, ese tiempo es más que suficiente para obtener resultados satisfactorios.

El primer paso es identificar cuáles son los músculos que vas a ejercitar...

Y la mejor forma de hacerlo es en el baño. Cuando estés orinando, trata en algún momento del proceso en detener voluntariamente el flujo de líquido. Todos y cada uno de los músculos que se tensan en tu pelvis en ese momento son lo que se conoce como "suelo pélvico", que es justo el área que debemos abordar.

Ahora bien, el procedimiento es bastante sencillo.

Lo que debes hacer, ahora fuera del inodoro, es exactamente el mismo movimiento. Es decir, contrae momentáneamente estos músculos, manteniendo la posición por algunos segundos, y luego relaja. Este ciclo es lo que se denomina "ejercicio Kegel". Demasiado fácil, ¿verdad?

Una de sus mayores bondades es que puedes hacerlo sin que nadie lo note.

Gracias a que es una zona íntima, tiene esta particularidad. Así que no tienes excusas por requerir demasiada planificación: mientras ves tu programa de televisión favorito, cuando vas camino al trabajo, en una junta, incluso estando reunida con tus amigos... cualquier momento y lugar resulta perfecto para realizarlos. Además, no tienen ninguna contra indicación, aún estando embarazada son recomendables ya que ayudan a tener un parto menos doloroso. ¡Maravilloso!

Lo ideal es mantener la contracción y relajación por intervalos de 10 segundos cada uno.

Hasta completar unas 10 repeticiones, tres veces al día.

Para los principiantes, es recomendable comenzar acostado boca arriba.

Con el tiempo se irá haciendo más familiar y es cuando podrás aprovechar cualquier momento y lugar.

Debes respirar de manera normal.

No requiere ningún esfuerzo adicional ni que sea coordinado con la contracción y relajación de los músculos.

Procura no hacerlos mientras orinas...

Sólo se recomienda hacerlo para saber cuál es este grupo muscular. ¡Nada más!. Interrumpir el flujo de la orina puede ocasionarte algunas molestias en las vías urinarias debido a que podrían quedar residuos en los conductos, hasta el punto de causar infecciones indeseables.

Las mujeres son las más beneficiadas con estos ejercicios.

Sin embargo, para los hombres también son ventajosos. Los especialistas afirman que ayuda a potenciar su sexualidad, combate problemas de eyaculación precoz y mejora la calidad de la erección. ¡Qué tal! En las féminas promueve partos más amigables, al igual que disminuye exponencialmente la probabilidad de padecer problemas de incontinencia urinaria y fecal.

¡Anímate a probarlos! 

Lo más seguro es que no te vayas a arrepentir.

¿Has practicado alguna vez estos ejercicios? ¿Crees que realmente funcionan? COMENTA y COMPARTE con todos tus amigos esta importante información.

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