Nunca obligues a tu hijo a pedir perdón

Nunca obligues a tu hijo a pedir perdón0shares

Es usual ver a los niños en constante conflicto los unos con los otros, esto es debido a que cuando son pequeños todavía no han desarrollado la empatía por los demás y el “yo” impera en cualquier situación, pero esto no se trata de egoísmo convencional, sino de es una etapa por la que el niño debe pasar y que por lo general sucede entre los 2 y 5 años.

Sin embargo, cuando surge algún conflicto con otro niño es común ver a los padres empeñados en que pidan perdón, se den la mano y en algunos casos hasta besos y abrazos, aun cuando el niño no sienta ningún remordimiento.

Pero esto no es correcto, ya que el niño no aprende nada al pedir perdón sin sentirlo. A continuación te explicamos algunas razones por las que no es conveniente obligar a los niños a pedir perdón. 


Lo que sucede usualmente 

Como padres nos preocupamos al ver a nuestros hijos peleando con otros niños, normalmente nos alarmamos e inmediatamente nos acercamos a solucionar el problema y en nuestro afan de enseñarles un buen comportamiento, posiblemente exijamos que haya una disculpa.

El tono amenazante.... 

Luego de intervenir para evitar que la pelea continúe, viene una mirada de reproche seguida de la frase: “Pide perdón”, en un tono más o menos amenazante a quien creemos el responsable de la pelea, ya sea porque lo vimos, o por simple suposición 

La razón....

Por lo general los adultos creemos tener siempre la razón y que el obligarlos a pedir disculpas les enseñamos una lección

Pero pedir perdón no siempre es una lección 

Que el niño pida disculpas sin realmente sentirlo y sin un verdadero arrepentimiento, podría ser contraproducente. 

Una disculpa que no ayuda a nadie

Las disculpas forzadas hacen sentir mal a los niños, no sólo al agresor, tambiém afecta a la víctima

Estudiando el comportamiento de los niños

Psicólogos de la Universidad de Michigan y Oxford, observaron cómo niños de entre 4 y 9 años de edad reaccionaban ante tres tipos de disclpas: las disculpas espontáneas, las disculpas animadas por los padres pero hechas de buena gana y las disculpas forzadas.

Niños astutos 

El estudio mostró que los niños apreciaban las disculpas voluntarias, ya fueran por iniciativa propia de los pequeños o animadas por los adultos, pero las disculpas forzadas no fueron efectivas.

No se debe subestimar a los niños 

El estudio mostró además, que los niños son perfectamente capaces de distinguir una disculpa sincera de una coaccionada.

Resultados inesperados 

Al inicio se pensó que todos los niños se sentirían mejor tras recibir una disculpa,  pero luego de ver los vídeos se dieron cuenta  que en realidad solo las víctimas que recibían una disculpa sincera se sentían mejor.

Todos afectados

También notaron que las disculpas forzadas hacían sentir mal tanto a la víctima como al agresor, por lo que no resolvían el problema sino que lo empeoraban.

Disculpas efectivas 

Otro estudio realizado en la Universidad de Ohio reveló que existen tres ingredientes para que una disculpa  sea eficaz:

El primer ingrediente 

Reconocer que nos hemos equivocado, ser conscientes de lo que hemos hecho mal.

Luego, intentar reparar el daño

Cuando se ofrece ayudar a reparar lo hecho, la víctima comprende que estamos dispuestos a corregir nuestro error, y funciona como una declaración de buena voluntad.

Y por último, expresar nuestro arrepentimiento

Así confirmamos que realmente nos sentimos mal por lo que hemos hecho, que es algo difícil de fingir ya que no solo se refiere a nuestras palabras y acciones sino que también incluye nuestras expresiones faciales y postura.

Para que tu hijo se disculpe sinceramente 

Es necesario hablar con el pequeño para que adopte una actitud más empática y comprenda realmente qué ha hecho mal. Solo así podrá mostrar un auténtico arrepentimiento.

Las disculpas no sólo reparan el daño

Hay que tener en cuenta que las disculpas no solo se usan para reparar el daño en la víctima sino que también son una lección para quien cometió la falta.

No obligues a tu hijo a disculparse sin que se arrepienta realmente

Esto podría generar un peor comportamiento.

Tampoco expreses tus diferencias frente a ellos 

Si ambos padres no están de acuerdo en la forma de manejar los castigos, deben hablarlo en privado.

Ten paciencia 

A algunos niños le toma tiempo comprender sus errores. 

Enseña con el ejemplo

Un trato cordial y pedir disculpas cuando cometemos errores, es el mejor ejemplo para ellos.

Y recuerda que el amor es la mejor forma de enseñar

Cuando tu hijo esté más calmado, ayúdalo a reflexionar sobre lo ocurridom y siempre hazlo con mucho amor.

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