Los 12 retratos más tiernos sobre el amor entre madre e hijo del reino animal
Reproducirse es un proceso natural de todo ser vivo. Así es como todas las especies garantizan su supervivencia. Igualmente, la maternidad no importa qué parte del reino animal se considere, es una tarea que dista mucho de ser sencilla, por cuanto requiere de una entrega desmedida y una atención constante por parte de quienes tienen la dura tarear de procrear.
Aquí queremos mostrarte algunos de esos memorables momentos entre madre e hijos de las especies más dedicadas durante su maternidad. Es la oportunidad de brindarle un merecido homenaje a estas hembras que lo dan todo por sus crías ¡incluso exponiendo su propia seguridad!
1. Una mamá pulpo tiene mucho amor para dar: ¡Puede poner hasta 200 mil huevos!
¡Una cantidad increíble! Su período de gestación apenas dura 40 días, en los cuales debe cuidarlos pacientemente. Para protegerlos de sus depredadores, produce constantemente corrientes de aire para mantenerlos oxigenados sin perderlos de vista. A veces no tiene tiempo para alimentarse y ¡se come sus propios tentáculos! Un verdadero sacrificio por amor.

2. A la mamá elefante le toca un trabajo duro: dar a luz a los bebés más grandes del planeta.
Sin exagerar, hay bebés elefantes que llegan a pesar los 90 kilos, adicional a que su período de gestación es considerablemente largo, alrededor de 22 meses de embarazo. Luego debe avocarse al cuidado de sus crías puesto que llegan al mundo ciegas y a los pocos meses desarrollan el sentido de la vista.

3. La mamá koala carga a su bebé colgado a su espalda por 6 meses luego de nacer.
Primero pasan 6 meses en su bolsa y luego otros más a cuestas, mientras terminan de desarrollarse. El detalle más interesante de ellas es que durante ese tiempo le toca alimentar a su cría ¡con sus heces! Así mismo es: para los bebés en desarrollo las hojas de eucalipto son altamente venenosas. ¡Increíble!

4. La mamá osa polar sacrifica su propia reserva de energía para dar de comer a su pequeño.
Como suele parir durante el invierno, no puede salir de la madriguera las primeras semanas para amamantar a su cría. En ese tiempo, no prueba bocado alguno de comida y le ofrece su reserva de energía al bebé. ¡Un ejemplo de desprendimiento!

5. La mamá gorila atiende a sus pequeños vehementemente hasta que tienen 4 años.
Sus bebés se alimentan cada hora hasta que llegan a tener 4 o 5 meses, por eso suelen cargarlos encima en todo momento durante ese período. Al cumplir el año, nada más les permite alejarse un máximo de 5 metros. Comparten el nido materno hasta cumplir los 6 años.

6. La mamá foca de Groenlandia produce una leche especial para mantener vivas sus crías.
Es una madre bastante cariñosa. Su leche tiene un alto porcentaje de grasa (aproximadamente 60%) la cual permite que sus crías se mantengan con vida durante los duros inviernos de esta parte del mundo. Por si fuera poco, pasa 12 días amamantando ininterrumpidamente sin comer, perdiendo hasta 3 kilos diarios.

7. Una mamá rana extinta pero igual admirable.
La especie de rana australiana Rheobatrachus silus tenía un proceso de gestación bastante peculiar: Ellas debían tragarse sus propios huevos para protegerlos de sus depredadores. Y cuando los pequeños terminaban su formación, los expulsaba a través del vómito. ¡Asombroso!

8. El apetito se le desata a la mamá elefante marino durante su embarazo.
Esto lo hace con el propósito de almacenar la mayor cantidad de energía para producir una leche altamente concentrada en grasas. Así ayuda a su bebé a ganar peso, unos 4,5 kilos por día. Aunque ella compensa todo lo que come mientras amamanta puesto que pasa todo el período de lactancia sin comer, rebajando hasta 130 kilos en total.

9. La paciencia es la principal característica de una mamá orangután.
Son los bebés más dependientes del reino animal; sus crían permanecen junto a ellas hasta los 6 o 7 años. Salvo los humanos, ninguna otra especie pasa tanto tiempo al lado de sus hijos.

10. Una mamá gacela es capaz de dar su propia vida por su retoño.
Para algunos es una de las más sacrificadas. Deja solo a su bebé en medio de su hábitad natural y se va a dar vueltas por los alrededores para llamar la atención de cualquier depredador que aparezca, procurando que la ataquen a ella y no a su cría. ¡Admirable!

11. La mamá guepardo desarrolla en sus crías un gran espíritu de supervivencia.
Como su tiempo de gestación es relativamente corto (poco menos de 4 meses), en ocasiones tienen varias crías que atender. Pero eso no es un problema pues se ocupa rápidamente en enseñarles técnicas para buscar sus presas y evitar otros depredadores durante sus dos primeros años de vida.

12. La temible boca de las mamás cocodrilos son su principal arma para proteger a sus pequeños.

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