Las 3 aterradoras leyendas de México harán que la Llorona te de risa

México, tierra llena de magia y tradiciones, y también de las más aterradoras historias de espantos, aparecidos y encantamientos. En cada pueblo existen leyendas, las cuales han pasado de una generación a otra y ahora forman parte invaluable de la rica cultura de este país. 

Parques abandonados, islas repletas de muñecas que te roban el alma, ánimas en pena que reclaman justicia y lugares completamente abandonados, cuyas historias han quedado escritas con sangre, son sólo algunos de los muchos mitos impactantes y escalofriantes que puedes escuchar contar a las personas de este país y que toman vida en los espacios que hace muchos años fueron escenarios de los horribles acontecimientos, con los cuales nacieron estos cuentos de espantos de la tradición mexicana. 

Muchos de los que han tenido el valor de escucharlos, o visitar estos parajes, dicen que te dejan la piel de gallina, incluso más que la tan reconocida Llorona... ¿Tienes tú el valor de leerlos? 

La leyenda de Nachito, el pequeño con miedo a la oscuridad

Ignacio Torres Altamirano, alias Nachito, muere el 24 de mayo de 1882 de nictofobia (miedo a la oscuridad), cuando se apagaron las antorchas que mantenían su cuarto iluminado en la noche. Luego de su entierro, su ataúd amanecía siempre fuera de la tumba, por lo que sus familiares pensaron que no quería estar en la oscuridad, aun después de muerto. 

Juguetes y luces para el pequeño

Las personas decidieron construirle un ataúd con agujeros para que entrara la luz y colocarlo fuera de la tumba, rodeado de antorchas y juguetes. En las noches se ven los mismos moverse "solos" por el cementerio, y los sepultureros deben ordenarlos todas las mañanas. 

La casa de la tía Toña

Una mujer adinerada que vivía sola en una enorme casa en la tercera sección del Bosque de Chapultepec, odiaba ser visitada y, según cuentan, cuando los curiosos asomaban sus narices, cosas extrañas empezaban a ocurrir mientras salían sombras misteriosas por las ventanas.  

Los niños malagradecidos de la tía 

Toña recibía en su casa niños sin hogar y les ofrecía cobijo a cambio de trabajos de casa. Pero los pequeños resultaron mala sangre y decidieron robar a la señora, por lo que ella los asesinó en su propia casa y los arrojó al río. Hoy las almas de los niños y de Toña vagan por esas tierras, lamentándose de lo ocurrido. 

La casa de Don Juan Manuel

Con una hermosa arquitectura del siglo XVI, esta mansión hoy se usa para festejos privados, a pesar de que el alma maldita de Don Juan se aparece en la puerta preguntando la hora a los visitantes. 

El hombre vendió su alma al diablo

A cambio, quería saber con quien le engañaba su esposa. Ahora vaga sin rumbo, presuntamente asesinando a todo aquel que le responda la hora, diciendo "¡dichoso el que sabe la hora de su muerte!", pues cree que es el amante de su mujer. 

El fantasma del Convento de la Concepción

Doña María Gil era una hermosa joven que vivió en la época de la Colonia y era pretendida por Don Urrutia, lo cual no gustaba a los hermanos de la joven. Un día decidieron ofrecerle dinero al don juan, para que se alejara de ella y este inmediatamente la abandonó y se fue a Veracruz. 

La joven se mudó al convento a pasar su pena

Pero era tan profunda su tristeza, que se ahorcó en el patio en un árbol de durazno. Desde ese momento, comenzó a compartir su tormento con las monjas que viven allí enclaustradas. 

La planchada

Es el fantasma de una enfermera de traje blanco y almidonado, que se aparece en el Hospital Juárez y atiende a los enfermos para pagar una culpa terrible que lleva en el alma y no la deja descansar en paz. 

En vida descuidó a sus pacientes por despecho

Se había enamorado de un doctor, quien la engañó y se casó con otra. Debido al dolor, dejó sin atención a varios enfermos a su cuidado, quienes en consecuencia fallecieron. Luego de su muerte, continuó trabajando en el hospital para limpiar su alma.

Los fantasmas de la Basílica de Guadalupe

Algunos aseguran que han visto una mujer que pasea con una vela en las manos, la cual no se apaga ni con agua ni con viento. Ella se acerca al altar para rezar pidiendo perdón y luego se retira atravesando las paredes. 

Las campanas que nadie toca

Otros aseguran que escuchan las campanas sonar por las noches, pues el capellán que falleciera hace años por una enfermedad mal atendida, no ha querido abandonar su trabajo. 

La isla de las muñecas

En la zona de Xochimilco se ubica este paraje cuya sola imagen es realmente escalofriante. Cuentan que allí Don Julián era atormentado por el alma de una niña ahogada a la que logró calmar ofreciéndole muñecas para jugar. 

Las muñecas malditas

Desde entonces, quien visite la isla debe tener cuidado, pues la niña vigila sus posesiones y si desaparece alguna de sus preciadas muñecas, te perseguirá y tu alma la acompañará luego en la isla. 

El parque encantado “Reino Mágico”

Este lugar fue diseñado para el disfrute de los pequeños, sin embargo, al ser construido sobre un cementerio,  las ánimas perturbadas de su descanso lo han convertido en un lugar maldito. 

Las figuras que se mueven e invitan a la muerte

Supuestamente, muchos niños han fallecido en accidentes dentro de este lugar y, por las noches, se dice que puedes escucharlos jugar, mientras las estatuas parpadean y se mueven tras ellos. 

El Hospital Psiquiátrico San Rafael

Un lugar aterrador donde enviaban a las personas presuntamente locas para que fueran sanadas con métodos que más se asemejaban a torturas espantosas. Allí las personas perdían aún más la cordura, llegando incluso a morir entre sus muros. 

Los muertos penan por las noches

Y no solo pacientes, sino aquellos que fueron presuntamente asesinados por los enfermos cuando visitaban a algún familiar recluido, como un pequeño que acompañaba a su madre a ver a un familiar y se dice que fue brutalmente degollado. 

Las 7 cabecitas de Chihuahua

En 1939 un grupo de niños estaban de excursión cuando su autobús colisionó con un camión, ocasionando una terrible tragedia en la que 7 niños perdieron la vida brutalmente. 

Los pequeños fueron decapitados en el accidente

En el monumento en su honor, se esculpieron sus rostros, los cuales lloran y se lamentan pues nunca encontraron la paz, ya que se cree que están destinados a vivir el accidente eternamente, incluso se puede escuchar la colisión a la misma hora en que ocurrió hace años. 

¿Te han quedado los pelos de punta? No te quedes asustado sólo y comparte este artículo