La vida de estas siamesas unidas por la cabeza cambió radicalmente tras su separación

La vida de estas siamesas unidas por la cabeza cambió radicalmente tras su separación4.2kshares

El embarazo es una de las experiencias más especiales en la vida de una mujer, que únicamente puede verse empañada por alguna noticia que ponga en riesgo el bienestar de su bebé. Más aún si es alguna condición que podría limitar de forma permanente su vida. Es difícil imaginar lo que debe sentir el corazón de una mujer cuando los médicos le dicen que tendrá bebés siameses, es decir, tendrá dos hijos pero unidos el uno con el otro físicamente.

Ante un diagnóstico así, lo más recomendable es mantener la calma y evaluar las posibilidades de acción, en virtud de determinar si es posible separarlos o no, para hacer los ajustes necesarios en función a ello. En el caso de estas hermanas, Erin y Abby, el equipo médico se enfrentó a las condiciones más difíciles de todas, debido a que estaban unidas ¡por la cabeza!, A pesar de tener muchas cosas en contra, su familia entera salió adelante y hoy son unas pequeñas niñas sobrevivientes e independientes. Conoce mayores detalles sobre su vida a continuación.

La historia de estas hermanas comenzó en julio de 2016, cuando llegaron a este mundo

Desde allí en adelante, cada día de su vida representó un completo desafío para sus padres y todo el equipo médico que estaba a cargo de su caso, afortunadamente, su historia tuvo un final feliz.

Erin y Abby estaban unidas por la cabeza, siendo uno de los casos más raros entre los de su tipo

Su situación se derivó de una condición llamada "Craniopagus". Es el tipo menos común de gemelos unidos. Afortunadamente, no compartían órganos vitales y fue posible considerar su separación por medio de una delicada pero viable cirugía.

Los padres de las niñas se enteraron de su condición durante la semana 11 de gestación

Ellos relatan que la feliz sorpresa de saber que eran gemelas se vio tristemente empañada por el hecho de que sus cabezas lucían demasiado cercanas, estaban unidas por el cráneo, lo que fue confirmado en ecografías posteriores.

Decidieron valientemente seguir adelante y ver cómo se desarrollaban durante el resto del embarazo

Debieron mudarse de estado para recibir atención especial y enfrentar numerosos procedimientos y trámites para garantizar que podrían llevar el embarazo a buen término.

A pesar de eso, jamás perdieron las esperanzas y se refugiaron en su fé en Dios y los médicos

Todo lo que deseaban eran que sus hijas algún día pudieran ser independientes la una de la otra. Para su alegría, no debieron esperar tanto tiempo para hacer su sueño realidad.

Su caso había llamado la atención de toda la comunidad médica y del público en general

Quienes les dieron grandes muestras de apoyo y les ofrecieron ayuda económica para costear su intervención.

Dada la complejidad y rareza de su condición, el equipo médico debía planificar con sumo cuidado hasta el más mínimo detalle relacionado con la cirugía de separación

La buena noticia era que desde que habían comenzado a estudiar su caso, la separación lucía bastante viable.

Sin embargo, Erin y Abby fueron confortadas a cada momento con el amor de todos a su alrededor

Tanto sus padres como el personal del "Children's Hospital" de Filadelfia estaban al pendiente de ellas con devoción. 

Los primeros en brindarles su apoyo incondicional fueron sus padres

Heather y Riley Delaney no se separaban ni un segundo de ellas; sin contar con que se mantenían vigilantes de cada avance en la planificación de la operación que haría posible su separación. 

Ellos son un ejemplo de valentía y fe

El tiempo siguió pasando y las pequeñas llegaron a su primera Navidad

Una vez llegado el 2017, se iniciaron los preparativos formales para la cirugía

El equipo para la intervención quedó constituido por 30 profesionales de distintas disciplinas médicas

Como era de esperarse, la operación fue bastante larga, sobrepasando por poco la barrera de las 11 horas. 

La operación fue sumamente compleja 

Aquí vemos a su padre, Riley Delaney, sosteniendo por primera vez a una de sus hijas

Lo mejor fue que culminaron con éxito su labor

El cirujano plástico, Dr. Jesse Taylor, quien además lideró el equipo, explicó al salir del quirófano: “La separación de siameses es una cirugía muy compleja, seguida por una recuperación larga y complicada, pero estamos muy esperanzados con un resultado positivo”.

Erin y Abby lucen hoy hermosas y saludables

Toda la familia luce feliz tras el excelente resultado de la cirugía

"Después de 485 días, me voy a casa".

Son unas pequeñas bastante afortunadas

Durante su recuperación, no cesaron las demostraciones de cariño hacia ellas

Varios terapistas trabajaron de manera especial y dedicada con ellas para acelerar su recuperación y progreso

Se mantienen en control médico y aún les faltan algunas otras cirugías

Pero ya cada una de manera independiente.

Es casi un sueño la felicidad que vive esta valiente familia

¡Son una verdadera ternura!

Este retrato familiar habla por sí solo

¡Bravo por estas valientes pequeñas y sus nobles padres!

Inyectan una enorme dosis de esperanza al mundo con su testimonio.

Aquí las vemos sanas y felices en su segunda Navidad este pasado diciembre

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