La historia de mi vagina rota: El duro relato de lo que vivió esta mujer después del parto

La historia de mi vagina rota: El duro relato de lo que vivió esta mujer después del parto2shares

Uno de los momentos más felices y emocionantes que experimentamos las mujeres es la llegada de un bebé. Es simplemente hermoso poder conocer a la criatura que ha estado en tu interior a lo largo de 9 meses y esa conexión que se desarrolla con el pasar de los años es indescriptible.

Por supuesto, el parto no es una tarea fácil, por el contrario, podría considerarse como la labor más complicada que una mujer puede realizar en la vida. Claro está que el mundo moderno facilita mucho la cosa al permitir a las mujeres poder programar una cesárea y así ahorrarse gran parte del trabajo. Sin embargo, hoy en día aún existen mujeres que prefieren recurrir a un parto natural, incluso cuando resulta doloroso y agotador.

A pesar de lo mucho que se habla sobre el tema, hay una parte que se desconoce sobre el embarazo y es lo que ocurre después del parto. Hoy queremos traerte la historia de una madre bloguera que decidió compartir con el mundo todo lo que vivió después de dar a luz.

Conozcan a Zoe George.

Zoe es una madre de dos hijos que tiene una Maestría en enseñanza y una Licenciatura en Bellas Artes, lo que la ha ayudarse a ser muy elocuente en la forma en que describe las cosas. Lo mejor de todo, es que ella tiene un blog en donde comparte todas sus experiencias y conocimientos sobre la maternidad.

How can I not with this robe on right? @revoque_online #love

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Zoe es la mujer tras el blog "The Subtle Mummy", que se traduce en "La mamá sutil".

Aunque esta mamá es cualquier cosa menos sutil. Y es que a ella le encanta hablar de todos los temas tabú que vienen con la maternidad y ser esposa. Hoy por hoy, Zoe es una mamá divertida y esposa bromista que disfruta pasar el tiempo con su familia, mientras comparte sus experiencias con el mundo.

Recientemente, esta mujer decidió hablar sobre lo que vivió después del parto.

En un artículo que llamo: "La historia de mi vagina rota".

Ella cuenta que cuando dio a luz a su primer hijo, necesitó un fórceps.

El cual es un instrumento en forma de pinza que se utiliza para ayudar a salir al bebé del canal del parto cuando hay dificultades en el momento de la expulsión o para acelerar el parto.

Luego del parto, sintió que su zona V estaba llena de sangre.

Y que lucía poco usual.

Ella compara el aspecto de su vagina con el de la carne molida.

E indicó que el dolor que sufrió fue insoportable.

"Luché con el tema de la lactancia, luché para poder orinar, y por poder sentarme en un inodoro sin sentir que mis entrañas iban a caer a través de mi vagina".

Su situación fue tan complicada, que ella y su marido tuvieron que esperar alrededor de 6 meses para tener relaciones de nuevo.

Y cuando finalmente lo hicieron, la experiencia fue sumamente dolorosa.

Por lo que decidió acudir al ginecólogo, quien le dijo que era normal que la intimidad se sintiera diferente ahora.

Eso la dejó más tranquila, hasta que decidió intentar tener otro bebé.

"Al intentarlo lloraba mientras mordía una almohada, soportando a mi pobre marido que trataba de hacer el trabajo lo más rápido posible", cuenta la mamá.

One of those days at work today. #brats

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Tras haber vivido otra experiencia como esa, consultó nuevamente a los doctores.

Quienes detectaron algo para nada alentador. Las cicatrices internas dejadas por el parto anterior estaban tan tensas que cualquier roce le provocaba dolores intensos.

Pero eso no afectó su determinación y continuó sus planes de tener a otro bebé.

En ese entonces, los doctores le ofrecieron dos opciones: someterse a una cirugía reconstructiva de inmediato (lo que haría que los dolores acabasen)  y tener a su bebé con cesárea o esperar al segundo parto y luego operarse.

Al final optó por la segunda opción y comenta que por varios años le dio vergüenza hablar sobre lo ocurrido.

Lo que la bloguera desarrolló se llama "vaginismo", lo que provoca que tenga espasmos involuntarios en los músculos de la vagina. Igualmente, esta madre contó que necesitó tomar terapia para poder relajar los músculos de esa zona y así recibir la cirugía que tanto anhelaba.

Estamos seguros que Zoe no es la única madre en sufrir esto. ¡Y ha sido muy valiente al compartir su historia!

Y tú, ¿qué opinas al respecto?

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