Interpretamos las caras de tu perro cuando le echas la bronca...¡Piénsalo dos veces!

Interpretamos las caras de tu perro cuando le echas la bronca...¡Piénsalo dos veces!0shares
Pocos animales son tan fieles y cariñosos como los perros. Por eso, no es de extrañar que sean considerados los mejores amigos del hombre. Son protectores, nos dan ánimo cuando estamos tristes y permanecen a nuestro lado para siempre.
Por si fuera poco, gracias al afecto que son capaces de transmitir, son perfecta compañía para los de tercera edad, prestan apoyo a personas con capacidades especiales y son compañeros de juegos ideales para los más pequeños.

Pero no todo es color rosa para quienes conviven con uno de ellos. Su gran energía a veces la canalizan haciendo travesuras. Así, no es sorpresa conseguirlos rasgando nuestros zapatos favoritos o dándole una probadita a la comida del almuerzo.

Es allí cuando podemos perder el control y reprenderlos de formas no tan sutiles. Basado en estas situaciones, un grupo de expertos se ha dado la tarea de saber qué pasa por la mente de estos peludos amigos cuando los regañamos. ¡Entérate aquí!

Al escuchar la voz de su dueño, los perros reflejan todo lo que sienten a través de su mirada.

O al menos eso es lo que siempre hemos creído. Su expresión nos parece tan enternecedora que, aun luego de la peor de las travesuras, simplemente nos derretimos ante ellos.

Su colita y la posición de sus orejas también nos dan pistas de qué están sintiendo.

Cuando están animados se mueven incesantemente de un lado para el otro. Pero cuando están acongojados, se echan o apartan hacia algún rincón de la casa.

Son pocos los que pueden resistirse a tal nivel de ternura.

Su cara de culpabilidad es demasiado evidente.

Pero lo que tu crees que es arrepentimiento se debe a otra causa totalmente diferente.

Según el estudio dirigido por el biólogo Nathan H. Lens, lo que revela es un miedo total hacia nuestra persona.

Sus descubrimientos sobre el pensamiento canino son sorprendentes.

Explica que, al sentirse rechazado por alguna acción que hizo y ser reprendido bruscamente por ella, adopta la postura particular donde baja las orejas, agacha la cabeza y mete la cola entre sus patas.

Esta es la manera cómo expresa que lamenta lo ocurrido y está dispuesto a portarse mejor.

Esa postura se denomina "El arco de la disculpa".

El especialista afirma que esa es una conducta aprendida de su interacción con los humanos pues la aprobación de sus dueños es algo bastante importante para estos animales.

Los gritos y malos tratos les producen un gran dolor.

Actúan como niños pero en realidad sienten distinto.

Su rostro al momento de regañarlos no refleja lamento sino miedo: a ser castigados, maltratados o, en el peor de los casos, abandonados por su comportamiento.

Pendiente entonces cuando tu amigo canino tenga esa carita.

Reflexiona sobre qué puede estarle generando temor de tu comportamiento hacia él: tus gestos, tu mirada, tus palabras, tu energía... Su actitud pide a gritos ser disculpado, sin mucho comprender por qué.

Hazlo sentir seguro, deja de humanizarlo y ocúpate en aceptarlo tal cual es.

Con maltratos no se consigue nada bueno ni con los perros ni con nadie. Tener una mascota educada requiere de un gran compromiso y dedicación. Pero, por encima de todo, mucha paciencia.

Lo mejor que puedes hacer es amarlo con locura.

Y poco a poco hacerles ver qué pueden y que no hacer. Respeta sus tiempos y déjalos que disfruten de actividades al aire libre para drenar energía. Así tendrá menos curiosidad por inventar dentro de casa.

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