Estas pruebas señalan que tu cuerpo también ha sido tocado por la evolución.

Una prueba muy divertida para saber si tienes uno de ellos, es poner tus manos con las palmas hacia arriba y unir tu meñique al dedo pulgar.

Si ves que algo sobresale, entonces eres parte de la gran mayoría que todavía tiene el músculo llamado palmaris longus, que tienen los animales que usan sus antebrazos para moverse. Aunque, cerca del 10% y el 15% de las personas ya no lo tienen pero esto no las hace menos fuertes.

Otros músculos vestigiales se encuentran alrededor de tus orejas. Éstos eran usados por nuestros ancestros para reconocer la procedencia de un sonido al percibirlo.

Si tu piel se eriza a menudo, es también debido a pequeños músculos vestigiales que se encargan de provocarte esa sensación y ponerte la piel de gallina.

Si quieres conocer más sobre estos recuerdos de nuestra evolución, sólo debes ver este video hecho por Vox Observatory.

Si te interesa saber más sobre este tipo de órganos, y conocer más detalles de este y otros como por ejemplo el pezón masculino, haz click aquí.