Estas 17 razones comprueban por qué echar pasión en la ducha es completamente espantoso.

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Mantener la llama de la pasión encendida en una relación hace que muchos se animen a incluir en su repertorio curiosas prácticas que bordean lo peligroso pero que por la misma causa presumen que serán más placenteras. Algunos ni siquiera lo hacen por eso, sino simplemente por alardear de poseer un amplio repertorio sexual o son aventureros en ese ámbito de su vida. Sea por la razón que sea, muchas de ellas terminan bastante mal, siendo todo lo contrario a excitantes, sino más bien decepcionantes.

Si acaso ya lo has intentado, estarás consciente de que la ducha es uno de los peores escenarios para tener intimidad con otra persona. Si todavía no lo has hecho, probablemente te preguntes por qué. Pocos son los que te previenen al respecto; de hecho más bien lo hacen ver todavía más atractivo, como las escenas de algunas películas en la televisión. Por eso, aquí en Buenamente.com te echamos una mano para que no lo aprendas de la peor manera posible o, al menos, si deseas vivir la experiencia por ti mismo, sepas a qué cosas te enfrentarás. De todas formas, la decisión estará en tus manos, pero luego de la fatalidad, no podrás decir que no estabas advertido. 

1. El agua y el jabón hacen que pienses constantemente que tu vida llegó a su fin.

No es una exageración si tomas un curso de equilibrismo antes de intentarlo. El agua y el jabón hacen que sea una experiencia bastante resbalosa, y no de una forma placentera.

2. No importa donde te ubiques, el agua que salpica del cuerpo de tu pareja caerá inevitablemente sobre ti.

Imagina entonces todo eso cayendo dentro de tus ojos, tu nariz, tus oídos, tu boca... Yo diría que es un tanto asqueroso, ¿y tú?

3. En algún momento tendrás que decidir entre quitarte el jabón de los ojos o sostener a tu pareja.

Y cualquier opción que escojas te traerá graves consecuencias.

4. Te resulta imposible sostenerte en cualquiera de los accesorios dentro la regadera.

Estés enjabonado o no, ¡TODO SE TE RESBALA! Inclusive tu pareja. 

5. Por más esfuerzos que hagas, todo concluirá en el "perrito".

Si alguna vez lo has intentado, sabes de lo que estamos hablando. Termina siendo la posición más fiel confiable y cumplidora, dadas las circunstancias.

6. Aunque no lo logres, tratarás y tratarás... hasta sentirte un poco masoquista.

Al final, no querrás ser el único que no se anima a hacer algo tan "emocionante" como esto. En el fondo, quieres tirar la toalla.

7. Entiende esto: el agua sirve para muchas cosas MENOS como lubricante.

En serio, ¡NO LO ES!

8. Tu cuerpo experimentará una calentura extrema, ¡LITERAL!

No sólo por el hecho de tu fogosidad interna, sino por el esfuerzo por mantenerte en pie. Eso hará que la temperatura de tu cuerpo se eleve al infinito y más allá.

9. Tendrás que detenerte recurrentemente para recobrar el aire.

Pondrás a prueba el funcionamiento de los pulmones una y otra vez.

10. Es casi imposible conseguir una posición placentera para ambos.

En el mejor de los casos, porque generalmente el fuego se apaga completamente antes de que logren acomodarse lo suficiente para concretar el acto. O peor todavía, cuando al fin lo hacen, están tan cansados que apenas si lo disfrutan.

11. Si tu pareja es considerablemente más bajita que tú, no tendrás ni idea de cómo acomodarte.

De paso que el espacio reducido tampoco te dará demasiadas opciones... Probablemente, te darás por vencido antes de lo que imaginas...

12. Cuando mucho, lo que recordarás es el dolor de cabeza que te quedó al final

Pues los orgasmos brillarán por su ausencia con tanto estrés.

13. Durante el sexo oral tragarás muchísima agua.

Mejor no olvides mantener la ducha cerrada antes de llegar a eso.

14. Sentirás que estás haciendo una extenuante rutina de ejercicio para piernas.

Y ya sabrás lo adolorido que quedarás después de eso.

15. No sabes qué es peor: estar debajo del chorro de la ducha o fuera de él.

Cuando estás en la primera situación sabes que la humedad te dificultará cualquier movimiento posterior que quieras hacer. Y en la segunda, sentirás que te congelas por la temperatura del baño. Igual intermitentemente te tocará pasar por ambas torturas.

16. Si estás maquillada, puede que el agua te haga lucir como un payaso mal arreglado.

Tu chico podría sentir que en vez de sexo será parte del elenco de una película de terror.

17. Y lo más triste es que al terminar quedarás igual o peor de como llegaste.

En la escala de suciedad, tus niveles no habrán mejorado en lo más mínimo... Entonces ¿por qué y para qué pasar por todo esto? ¡Qué alguien me lo diga!

¿Qué tal te ha ido a ti tratando de probar posiciones o lugares extraños para el sexo? COMENTA y no dejes de COMPARTIR con tus amigos para advertirlos al respecto.

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