Estas 10 ciudades ya no formarán parte del planeta Tierra en el 2100.

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La próxima vez que viaje a ver las magníficas playas de Malí, tome un paseo en góndola en Venecia, o pregunte por la arquitectura del puente Golden Gate de San Francisco, asegúrese de llevar su mejor cámara. Si los estudios científicos son exactos, las fotos serán la única forma en que sus tataranietos puedan verlas. La Madre Naturaleza ha programado una serie de lugares a reducir significativamente de la tierra para el año 2100 debido al cambio climático, desastres naturales y problemas ecológicos. No es demasiado tarde, pero estos lugares podrían convertirse en los próximos Atlantis.

Y las causas de una defunción urbana son muy diversas. En Rusia tenemos el ejemplo de Chernobyl, desolada y abandonada tras la catástrofe nuclear que la hizo tristemente célebre. En Estados Unidos hay algunas otras, como Woolf Landing en Nueva Jersey y La Cresta en Florida, que se despoblaron tras la explosión de la burbuja inmobiliaria.

Pero hay más candidatas a convertirse en ciudades fantasma en un futuro no demasiado lejano. Esta lista incluye las 10 urbes que tienen todas las papeletas para convertirse en un mero recuerdo en los próximos ochenta años. Entre ellas se encuentran lugares tan emblemáticos, aunque por distintas razones, como Venecia y Detroit, junto a otros más exóticos y de aroma legendario, como Tombuctú e Ivanovo.

Distintas investigaciones analizan los motivos por los que se avecina su desaparición.

Y han llegado a la conclusión de que las causas son variadas: desde catástrofes naturales a la emigración de sus habitantes provocada por la crisis económica. 

1. Detroit.

Pasaría de ser la meca de la industria del automóvil a una urbe fantasma. A finales del siglo XIX, Henry Ford abrió en Detroit la fábrica que la convirtió en el corazón de la industria automovilística mundial, en la que tuvieron sus sedes tres gigantes del sector: General Motors, Ford y Chrysler. El trabajo y la riqueza provocaron el crecimiento de la ciudad, que en 1950 llegó a superar el millón y medio de habitantes. Pero hoy, sus vecinos no llegan a setecientos mil. ¿Qué ha ocurrido? La crisis del sector, la deslocalización y otros muchos factores han conducido a la ciudad a la bancarrota y a un índice de paro (no oficial) del 50%, lo que ha impulsado un éxodo masivo. Si no ocurre un milagro, en 2100 Detroit podría ser una ciudad fantasma.

2. Dacca.

Dacca, la capital de Bangladés, tiene en las últimas décadas un negro historial de catástrofes naturales. La más trágica se produjo en 1970, cuando la ciudad fue asolada por el ciclón Bhola, que dejó medio millón de muertos y otro de desaparecidos. Pero sobre la ciudad pende una amenaza más grave: la de ser tragada por las aguas. Bangladés está considerado el tercer país del mundo más susceptible de sufrir las consecuencias de un aumento del nivel del mar por causa del cambio climático, ya que el 80% de su territorio no supera los 12 metros de altura sobre dicho límite. Un informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático asegura que el país sufrirá de aquí a 2100 una subida del nivel del mar de al menos 59 cm, lo que provocará la desaparición de algunas zonas del mismo, entre ellas la ciudad de Dacca. Por si fuera poco, otro estudio realizado entre el Comprehensive Disaster Management Program de Bangladés y la Universidad de Tokio alerta de que la ciudad podría ser golpeada en un futuro no muy lejano por un terremoto de magnitud 7 y por su posterior tsunami con consecuencias devastadoras.

3. Goma.

Goma, en la República Democrática del Congo, está situada cerca del volcán Nyiragongo, uno de los más activos del mundo, que ha entrado en erupción más de cincuenta veces los últimos 150 años. La más reciente, en 2002, provocó que un tercio de la ciudad fuera cubierta por la lava. Tras aquella catástrofe, en 2007 se creó la Unidad de Gestión de Riesgos Volcánicos y Medioambientales, para monitorear las señales de actividad del volcán. Ahora, los expertos alertan de que una erupción de mayor envergadura que la de 2002 se producirá en los próximos veinte años y provocará la destrucción de la ciudad.

4. Tombuctú.

El icono del Sáhara, quedará sepultado bajo la arena. Está situada en la República de Mali, Tombuctú fue fundada por tuaregs en el año 1100. Pero hoy está amenazada por la desertificación. Un estudio de la Universidad del Cabo revela que la temperatura ha subido en las últimas décadas 1,4ºC, y se espera que lo haga aún más, al tiempo que la arena, traída por un abrasador viento llamado harmattan, penetra varios metros anuales en sus calles. Algunas zonas ya están parcialmente cubiertas, y la Unesco advierte del riesgo de que la ciudad acabe engullida por la arena.

5. Nápoles.

El Vesubio, volcán a cuyos pies se alza Nápoles, ha estado inactivo desde 1944, por lo que el período actual de calma es el más largo de los últimos 500 años. Los vulcanólogos aseguran que, cuanto más tiempo esté sin erupcionar, el peligro de que en el futuro lo haga con más violencia es mayor. En el año 2001, el magma fue detectado a solo 10 km de la superficie. El geólogo Michael F. Sheridan, de la Universidad de Buffalo, ha estado estudiando el volcán desde 2006 y afirma que: “Los modelos computacionales muestran que la fuerza de una futura explosión sería devastadora en un radio de 12 km, y que afectaría incluso a la resistencia de los edificios antisísmicos”. ¿Su conclusión? Nápoles sería arrasada.

6. Seattle.

Sufrirá un seísmo mayor que el de Indonesia, debido a su ubicación en el Cinturón de Fuego del Pacífico, Seattle se encuentra en una zona de gran actividad sísmica. La última vez que la urbe sufrió un terremoto fue en 2001. Se trató de un temblor que no causó víctimas. Pero la mayor amenaza para Seattle es que se asienta sobre la llamada Zona de Subducción de Cascadia. Se trata de un tipo de falla muy especial: no causa pequeños temblores y permanece inmóvil hasta que la presión resulta excesiva y una de las placas se desliza, lo que provoca un megaterremoto similar al que asoló Indonesia en 2004. Los resultados de los estudios realizados por el departamento de Ciencias Geológicas de la Universidad de Washington afirman que hay un 80% de posibilidades de que Seattle sufra un terremoto de magnitud ocho en los próximos cincuenta años. Y según los modelos de simulación del sismólogo de la Universidad de San Diego Kim Olsen: “Provocaría un movimiento de la tierra de medio metro por segundo, lo que reduciría la ciudad a un amasijo de ruinas”.

7. Ivanovo.

La ciudad de las novias se queda... sin hombres. Está situada a 300 km de Moscú, Ivanovo fue el corazón de la industria textil de la Unión Soviética. Pero la crisis hizo que en los albores del año 2000 la producción se redujese a un 22%. ¿La consecuencia? Que la población comenzó a emigrar. Si en 2005 contaba con 418.000 habitantes, en 2013 la cifra se había reducido a 408.000. Además, la población femenina ha acabado superando a la masculina hasta el punto de que hay 80 hombres por cada 200 mujeres. Por eso, a Ivanovo se la llama “la ciudad de las novias”, y se estima que podría convertirse en una urbe fantasma en los próximos 80 años.

8. San Francisco.

La mayoría de las personas se da cuenta del peligro de un terremoto en San Francisco, pero la enormidad de una potencial devastación es casi incomprensible. Según la Universidad de California, la investigación pronostica un 75% de probabilidad de que ocurra un terremoto de 7 o mayor magnitud en 2086. Antes del Katrina, la población de Nueva Orleans era cercana a 500.000. Posteriormente, la población se contrajo alrededor de la mitad y ahora está aumentando de nuevo, pero la demografía sigue siendo mucho menor de lo que era antes del Katrina. La población de San Francisco es de unos 900.000 habitantes. Las estructuras altas abundan y no hay ninguna a prueba de terremotos. De hecho, la población de la ciudad se está reduciendo. No sólo es el coste de la ciudad, ¡sino que muchos se preguntan dónde podrían acabar teniendo la costa tan cerca!

9. Venecia.

Una de las ciudades más románticas del mundo se hunde desde hace un milenio. El ritmo ha aumentado rápidamente en los últimos 100 años, con el nivel del suelo hundido unos 25 centímetros. La vulnerabilidad de Venecia al cambio de nivel del mar y de las aguas subterráneas es extremadamente grave. Por ejemplo, hace 100 años, la Plaza de San Marcos se inundaba nueve veces al año, y ahora se inunda unas 100 al año. El gobierno ha estado trabajando en planes para proteger a la ciudad, pero, ¿funcionarán? Nadie lo sabe.

10. Ciudad de México.

Cada año, la capital mexicana se hunde 10 centímetros, que pueden ser imperceptibles a simple vista, pero en los últimos diez años el hundimiento suma un metro, y en todo el siglo pasado fueron 10. La catedral ha descendido un total de 12,5 metros en cien años, y en algunas zonas de la ciudad existen registros de hundimientos de hasta 40 centímetros anuales. ¿Las causas? La principal se debe a la sobreexplotación de los acuíferos. El suelo de Ciudad de México está compuesto de montmorillonita, un silicato arcilloso que se expande con el agua y se contrae por la falta del líquido elemento. El 72% del consumo de agua se extrae de esos acuíferos subterráneos, y solo la mitad se recupera de nuevo gracias a las lluvias, que no logran penetrar hasta los mantos subterráneos porque las estructuras desarrolladas por el hombre (edificaciones, parques, plazas, etc.) crean impermeabilidad. René Chávez Segura, investigador del Instituto de Geofísica de México DF, alerta de que: “Es necesario reasentar las principales áreas urbanas teniendo en cuenta las actuales condiciones del subsuelo. Si no se hace y la ciudad se hunde 20 metros más, la situación será irreversible”.

Es posible que en algunos casos, aún estemos a tiempo. 

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