Esta Profesora Perdió 50 Kilos Y Niega Haberlo Logrado Mediante Cirugías

“La gente piensa que me hice cirugía, pero todo fue natural. Trabajé muy duro”.

Laura Micetich, una profesora estadounidense le dio un giro radical a su vida luego de terminar una relación de 4 años. Por consiguiente, al darse cuenta de que su peso (140 kg) no era saludable, decidió tomar las riendas de su vida al cambiar su alimentación y asistir regularmente al gimnasio durante 2 años. Su cambio fue tan impresionante que muchas personas la acusaron de valerse de cirugía y de pastillas para lograr tan increíbles resultados.

Laura, quien solía esconderse para comer, sentía que su apariencia y su manera de vivir no reflejaban quién era realmente, además, no quería que sus estudiantes la percibieran como una influencia negativa, por lo cual, una vez soltera decidió que era momento de cambiar su vida.

Aunque Laura consideró alguna vez someterse a una cirugía para perder peso, luego de ver cómo iba progresando valiéndose solo de ejercicio y dieta decidió continuar de esa manera. Ahora después de 2 años los resultados dejaron con la boca abierta a más de una persona.

“Me gustaba ir a la nevera y encontrar lo que necesitaba -era algo adictivo”.

El miedo que sentía de solo pensar en estar en un aula repleta de estudiantes la impulsaba a continuar su estricto programa de entrenamiento.

“Soy profesora y mi tamaño fue lo primero que los niños resaltaron. Ellos no lo hacían con mala intención, es porque ellos no tienen problemas en ser honestos”.

Durante el primer año de entrenamiento Laura continuó yendo religiosamente 6 días a la semana al gimnasio. Como resultado, perdió la mitad de su peso.

“La gente piensa que me hice cirugía, pero todo fue natural. Trabajé muy duro. Incluso hay personas que roban mis fotos y las utiliza para promocionar píldoras de pérdida de peso, porque afirman que las utilicé, sin embargo eso no es cierto”.

Aunque Laura recibe ocasionalmente comentarios negativos en sus publicaciones de Instagram ella ha decidido ignorarlos, y con buena razón, puesto que no podría estar más feliz y orgullosa de su cambio.