Escuchó ruidos en su porche y al salir no podía creer lo que encontró.

Tim Newton es un fotógrafo que vive cerca de un área natural en Alaska, por lo que no es ajeno a la vida salvaje y a los distintos animales que viven en las inmediaciones. Lo que Tim no se imaginó jamás es que una familia de intrépidos linces iba a elegir su porche como patio de juegos. Aquel día, Tim se despertó al escuchar ruidos de animales que merodeaban alrededor de su casa.

Lo normal es que fuera algún perro, gato o incluso algún mapache por lo que no le dio demasiada importancia. Al continuar el ruido se puso la bata y lentamente se asomó a la ventana para saciar la curiosidad. Su sorpresa fue mayúscula cuando vio a un pequeño lince sentado en el porche y viendo cómo sus hermanos se retaban en una carrera. "Nunca había visto tantos linces juntos, ver esos linces en mi porche fue una bendición", contó Tim a The Dodo. 

El primer impulso de este fotógrafo fue coger su cámara para inmortalizar el momento.

La escena era tan increíble como surrealista: los pequeños linces correteaban en su porche, jugaban, rodaban y se perseguían ajenos al entorno y al objetivo de Tim. 

Este espectáculo es bastante difícil de ver; los linces son bastante reservados.

Y, aun así, la suerte de Tim no le iba a abandonar. No todavía. En mitad de los juegos se escuchó un maullido. Era mamá lince que llamaba a sus pequeños para reunirlos. Con su llegada, empezaron de nuevo los juegos, 40 minutos de diversión en los que el fotógrafo supo aprovechar la oportunidad que le regaló la vida para retratar con su cámara cómo una familia de linces se entretenía.

Tim tomó una tonelada de fotos y las subió a su página de Facebook.

Esto fue el 27 de septiembre de 2017. Y en tan sólo dos días, las fotos de Tim han recibido unas 94.000 visitas y más de 15.000 comentarios.

“Avancé con cautela hasta la ventana, abrí una grieta entre las cortinas y pude ver algo que parecía un gato.”

Le contó al canal 2 (KTUU.com). Pero para su sorpresa, no era un gato doméstico.

“Empecé a dejar de pensar en ello”, dijo.

“Pero luego me di cuenta que tenía pies muy grandes y pequeños pelos en las orejas, así que supe entonces que probablemente era un gatito de lince, no un gato del todo”.

Lo siguiente que hizo Newton fue agarrar su cámara.

“Por lo general, cuando ves a un lince, apenas tienes tiempo suficiente para sacar tu cámara y entonces se han ido”, comentó Newton. “Así que me emocionó que pudiera conseguir un par de fotos de ellos jugando en el porche. Y pensé que ese podría ser el final de esto”.

Pero ese no fue el final.

Newton dice que capturó aproximadamente 10 ó 20 fotos, antes de que los gatitos de lince desaparecieran del extremo norte del porche y se fueran al otro lado de la casa. En última instancia, esto lo llevó a descubrir al resto de la camada y a la madre lince.

Al principio, Newton dice que no vio a los gatitos de lince…

Así que pensó que se habían ido. Pero entonces, escuchó maullar a la madre desde la maleza, mientras trataba de camuflarse.

“Entonces vi la hierba… crujiendo”, platicó.

“¡Es como en Parque Jurásico! Teníamos a los velociraptores atravesando los arbustos… Bueno, eso es lo que vi. Y oh milagro, uno por uno, todos estos bebés lince vinieron a mamá y se arrastraron al porche, justo enfrente de mí, donde estaba de pie detrás de la cortina”.

En total, la familia estaba compuesta por ocho linces, siete gatitos y la madre.

Para ese momento, Newton dice que estaba “disparando repetidamente (su cámara)”, lo que a su vez desconcertó a los linces.

“Están un poco desconcertados de que pueda haber algo cerca, porque estoy detrás de la cortina”, explica Newton.

“Pero pueden oír mi cámara. Esa es la foto en la que los ven en el porche. Están viendo hacia donde surge el ruido”.

Los linces son conocidos por lo general como animales solitarios. 

Y si los ves fijamente, tienden perderse de vista después de un breve momento.

Pero en este caso extraño, la familia de linces se quedó ahí por bastante tiempo.

“Estaban usando el porche como un área de juegos”, dice Newton. 

“Y esos gatos se perseguían, jugueteaban, se agazapaban y corrían de ida y vuelta, a través de ese porche, durante alrededor de media hora”.

Luego llegó la hora de retirarse y desaparecieron entre la maleza.

Tim Newton tiene muchas más fotografías como estas en su página de Facebook y en su página web.

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