Después de décadas, confiesa el terrible secreto oculto en su motel. Ya lo han demandado.

Después de décadas, confiesa el terrible secreto oculto en su motel. Ya lo han demandado.21shares

Cuando estás de vacaciones y decides realizar un largo viaje, sabes que tendrás que hacer paradas obligatorias, especialmente para descansar. Eso es, precisamente, con lo que cuenta el negocio de los moteles, que buscan ofrecer comodidad y seguridad, al mejor precio posible, para que sus huéspedes den buenas referencias del lugar y atraigan a su vez a más personas. 

Un lugar limpio y tranquilo puede incluso conquistar a los viajeros para esperar no uno sino varios días, antes de continuar el recorrido. 

Es así como el Manor House Motel de Aurora, Colorado, (Estados Unidos) fue obteniendo las recomendaciones de sus clientes hasta ser conocido como una parada con una atención y ambiente excelente, pese a ser un lugar bastante sencillo. 

Sin embargo, hace poco salió a la luz un oscuro secreto que su dueño ha guardado desde que inauguró el hotel, y que ha dejado a todos con los pelos de punta. 

Compró el motel hace cinco décadas, y ya tenía un plan

Gerald Foos y su esposa Dona invirtieron en esta propiedad y antes de abrirla al público él se dispuso a realizar los cambios necesarios para ejecutar su plan. Rejillas falsas y pasillos secretos que interconectaban las habitaciones, y un centro de operaciones en el ático. Después de eso, se dedicó por 50 años a su negocio, escondiendo su secreto. 

Un periodista de renombre recibe una misteriosa carta

Corrían los años 80 cuando el reconocido periodista Gay Talese recibió la carta del dueño del motel. Allí le aseguraba la primicia de una historia que dejaría al mundo sin palabras. Y aunque Talese se mostró desconfiado al principio, la curiosidad pudo más, y muy pronto el señor Gerald Foos obtuvo una respuesta. 

Cada carta lo impresionaba más

Durante un tiempo, intercambiaron correspondencia, donde el principal tema eran las historias que Foos contaba sobre su motel. Siempre pidiendo al periodista mantener la confidencialidad. 

Finalmente, le invitó a conocer el motel

Una vez allí, Foos le mostró a Talese el ático, al lugar que llamaba su "laboratorio", donde guardaba un registro de sus acciones. Luego le mostró los pasillos ocultos del motel, dando así las pruebas de todo cuanto le había contado. 

Sus huéspedes no llegaron a sospechar nada

Resulta que Foos era un voyeur, y su pasatiempo consistía en mirar a sus clientes ¡teniendo sexo!

El escritor tuvo que ver para creer

Aún con las pruebas en la mano, Talese no podía creer lo que escuchaba, así que el dueño del motel lo escondió en un espacio entre los techos y a través de una rejilla, vió a una pareja mantener relaciones sexuales. 

Para conocer el resto, tuvo que prometer su silencio

Y mas que prometerlo, Foos hizo que Talese firmara documentos de confidencialidad. Una vez lista esa parte, comenzó a explicar las razones de su conducta. 

Además de observar, registraba todo lo que veía

Foos pasaba la noche espiando a las parejas, luego corría al ático a escribir en su diario, mientras aún tenía las imágenes frescas en su mente. 

Para cuando Foos contactó a Talese, llevaba 15 años espiando a sus huéspedes

Llamaba a su escrito "El diario del Voyeur" y hablaba de este sin culpas. 

No era solo por placer

“No empecé esto solo por el placer sexual. Por supuesto que era parte del tema, pero realmente quería saber cómo actuaba la gente en privado”. Aseguraba. 

En sus "estudios"  podía identificar diversos aspectos de la conducta en las parejas

Sus escritos eran detallados e incluso se atrevía a catalogar a sus huéspedes de acuerdo a una tabla de porcentajes para medir la intensidad sexual de los mismos. 

Pero el sexo no era lo más terrible que escondía su motel

Foos aseguró haber presenciado un asesinato, del cual nunca dió reporte a la policía. El reportero tampoco dijo nada a las autoridades. 

Durante algunos años mantuvieron correspondencia

Foos confesó que, en su plan, había tenido dos cómplices. Su primera esposa con quien construyó el motel, y, al morir esta, su segunda esposa, Anita. Ambas le ayudaban. 

Finalmente, la historia se convirtió en libro

En el año 2016, Talase publicó un artículo llamado “El Motel del Voyeur”, en el New Yorker, que más tarde se convirtió en un libro. 

A pesar del talento del periodista, el libro generó muchas incógnitas

¿Por qué el dueño del motel querría contar su historia? ¿Sería cierto lo del asesinato? 

Algunas personas piensan que fue un engaño

Más por parte de Foos que del periodista. Sin embargo, la duda queda en el aire. 

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