Cómo se siente vivir con un trastorno mental, contado por sus propios protagonistas
El mundo de las enfermedades mentales es muy amplio, pero solo hasta hace poco fue que se diversificó. En tiempos pasados, todo aquel que tenía un comportamiento raro, extraño, anormal, llegando incluso a lo peligroso o atemorizante era asociado con un trastorno de esquizofrenia. Muchos años debieron pasar para que se definiera el compendio de patologías que hoy día conocemos.
Las cifras sobre el porcentaje de la población mundial que sufre alguno de ellos es alarmante: se estima que cerca del 20% de los niños y el 15% de los adultos están lidiando con alguno de estos trastornos. ¡Imagínate cuántas personas están caminando por ahí en esa situación! Una idea que no es del todo descabellada puesto que no hay que tener un mal aspecto ni vivir en la calle para pasar por esta experiencia. Los siguientes testimonios así lo demuestran...
1. Quiénes han sido diagnosticados con un tratorno bipolar saben lo complejo que es confirmar semejante presunción
"Tengo un trastorno bipolar. El problema con esta condición es que incluso si eres médico, no notas que algo anda mal contigo. Al menos, no antes de que reconozcas los primeros signos, como hablar mucho, tener mucha energía y no saber qué hacer con ella, y lo más importante, muy poca necesidad de dormir. Si dejas pasar la pequeña ventana cuando todavía puedes hacer algo, existe la posibilidad de que no puedas pedir ayuda por ti mismo, sino que será necesario llevarte al hospital".

Hasta el más mínimo detalle que pases por alto podría ser crucial para recibir la debida atención
"Obvié mis primeros signos. El humor increíblemente bueno lo justifiqué con el hecho de que me enamoré de una colega. Empecé a escribir poemas. Organicé un concierto, encontré artistas y canté canciones. El mismo día, fuimos a San Petersburgo para una gira y estaba en mi mejor momento: corrí por la ciudad, conocí gente nueva (es sencillo para las personas con mi trastorno), fui a la piscina, sauna, spa y gimnasio. No dormí en toda la noche, la pasé hablando con un guardia de seguridad. Y en la mañana, llevé a todos a una barbacoa. Tuve que pedir prestado dinero a mi pareja para hacer todo esto, y por el momento, no parecía representar un problema. ¡Me estaba divirtiendo mucho!".

Pero más tarde que temprano caes en cuenta de la cruda verdad y el peso sobre tus hombros es insoportable
"Cuando volví, comencé a reorganizar mi oficina: traje muchas cosas importantes allí, aunque se suponía que no debía hacerlo, según las reglas. Este fue el momento en que mi colega descubrió que algo andaba mal conmigo. Por cierto, me diagnostiqué en la ambulancia. Yo tenía razón."

2. Para quienes padecen el síndrome de Tourette, lo más complicado es lidiar con las reacciones de las personas a su alrededor
"Sufro de Tourette: a veces me tiembla el brazo, a veces grito palabras que una persona normal nunca diría en público y, lo más delicado, no lo puedo controlar. Pero no es un problema para mí o mi pareja. Solo debes confiar en la persona que tienes al lado y contarle sobre tu trastorno al principio de tu relación, para que no se convierta en algo inesperado cuando esa persona te escuche a ti, una chica atractiva, gritando palabras obscenas".

3. Las personas con trastornos obsesivos compulsivos (TOC) llegan a repudiar todo aquello a lo que se mantienen aferrados
"Tengo un TOC. Es una tortura. No puedo completar ni una sola actividad sin algún tipo de comportamiento en forma de ritual, ocupa tanto tiempo que tienes que estar preparado para llegar tarde a todo. Pensamientos como:
'Si no le das la vuelta a esa botella de champú, tu madre morirá mientras duerme esta noche y será tu culpa'.
'Enciende y apaga las luces 10 veces o vomitarás esta noche'. (También tengo una fobia a los vómitos).
Y 'si no mueves ese cuchillo a un área específica de la mesa, un miembro de tu familia lo golpeará, te apuñalará y morirá, y será tu culpa'."

No es una situación que puedes controlar. De pronto, sientes una necesidad desesperada de hacer una cosa y ya no habrá marcha atrás
"Cada actividad mundana se vuelve imprevistamente una situación de vida o muerte, y tienes que hacerlo extremadamente bien. Ah, y si no lo haces bien la primera vez, repetirlo una y otra vez hasta que lo logres. Así que sí, tú también podrías terminar tocando el enchufe del cargador de tu laptop 80 veces, antes de poder continuar con tu día".

4. Lo último que una persona quisiera admitir es que padece un trastorno mental tan severo como la esquizofrenia
"Soy una estudiante de astronomía y astrofísica en 'Penn State', fundadora y presidenta de 'Penn State Pulsar Search Collaboratory'. Sé lo que debes estar pensando: '¡Qué nerd!' '¡Alerta de nerd!' Bueno, durante mucho tiempo, esta nerd tuvo un secreto. Uno que me mantenía demasiado asustada y avergonzada como para decírselo a alguien. Ese secreto es que tengo esquizofrenia".

Las alucinaciones no se hacen esperar para este tipo de pacientes
"Se volvió muy frecuente durante mi tercer año de la escuela secundaria y luego se expandió como una bola de nieve durante mi tiempo en la universidad. En febrero de 2014, en mi primer año, mi vida cambió cuando traté de suicidarme. Allí todo se había convertido en una pesadilla y para este momento, había comenzado a alucinar. Empecé a ver, escuchar y sentir cosas que no estaban allí. Dondequiera que iba, me seguía un payaso que se parecía mucho a la adaptación de Stephen King. A dondequiera que iba, se reía, se burlaba de mí, me golpeaba y, a veces, incluso me mordía. Pero comenzó a volverse insoportable cuando comencé a alucinar sobre esta chica".

Progresivamente se van haciendo más intensas hasta el punto de no distinguir lo que es real o una simple ilusión
"Se parecía un poco a la chica de la película "El Aro". Lo que ocurría es que podía continuar mis conversaciones con ella misma, y sabía exactamente qué decir y cuándo decirlo para neutralizar todas mis inseguridades. Pero lo peor era que también llevaba un cuchillo con ella y me apuñalaba, en varias oportunidades en la cara. Esto hizo que resolver exámenes, cuestionarios y hasta hacer la tarea se volviera extremadamente difícil o casi imposible mientras estudiaba en la universidad. Solo soy alguien que no puedo desconectarme de mis pesadillas, aún cuando estoy despierta".

El proceso de aceptación es largo, pero resulta fundamental para la obtención de la ayuda pertinente
"Me tomó 8 meses. 8 meses después de mi intento de suicidio finalmente conseguí el tratamiento que necesitaba. Antes no tenía el diagnóstico de esquizofrenia y, por eso, me era imposible obtener ayuda a conversaciones como éstas. Recuerdo muy claramente aquel momento que estaba hablando por teléfono con mi madre. Le decía: "Mamá, estoy enferma, veo cosas que no están allí, necesito medicamentos, necesito hablar con un médico". ¿Su respuesta? 'No, no, no, no. No puedes contarle esto a nadie. Esto no puede aparecer en nuestra historia clínica'. Lo que le digo ahora es 'No permitas que nadie te convenza de no obtener ayuda médica'. ¡No vale la pena! Es tu elección y también tu derecho. Obtener ayuda médica ha sido la mejor decisión que jamás haya tomado".

Contar a otros lo que has vivido es una prueba importante de cuánto has avanzado
"Abrí un blog para hablar sobre mi esquizofrenia y publiqué todas las publicaciones de mi muro del Facebook. Me sorprendió cuánto apoyo conseguí por ahí. Además me di cuenta de que hay muchas otras personas como yo. ¡Estaba realmente sorprendida! Algunos de mis amigos me comentaron que tenían esquizofrenia. Ahora estoy dedicada a ser una defensora de la salud mental. Tengo esquizofrenia y no soy un monstruo."

5. La ansiedad no distingue de sexo ni edad para causar estragos en la vida
"Habiendo sido una niña con ansiedad, las cosas a menudo se descontrolaban en mi mente. Mi esposo fue a un viaje de negocios por una semana y me asusté mucho. La idea de que algo pudiera sucederle y que él moriría no me venía a la mente una o dos veces al día, sino que se mantenía permanentemente en mi pensamiento. Y cuando regresó, no me sentí mejor. Íbamos caminando por la calle, tomados de la mano, y lo único que pensaba era qué pasaría si este fuera el último momento en que lo vería con vida. Dejé de comer. ¿Por qué debería comer si está a punto de ocurrir lo peor?".

Es imperativo que quienes conviven contigo estén al tanto de lo que te pasa para poder apoyarte y no volverse un obstáculo en tu recuperación
"Aquí está el trastorno desde el punto de vista de su esposo: 'Para ir a un lugar y hablar con alguien, una persona normal necesita hacer un pequeño esfuerzo: de 0 a 5 en una escala de 10 grados. Una persona que tiene un trastorno psicológico necesita 20 sólo para levantarse de la cama. Se requiere un gran coraje y los más allegados a esta persona tienen que recordar esto en todo momento. Felicité a mi esposa por preparar el café por sí misma, salir y regresar del trabajo. No dejaba de recordarle que era una heroína'."

6. El hecho de que una persona sea exitosa no quiere decir que esté mentalmente sana
"Todos han visto a una persona en la calle sin hogar, descuidada, probablemente mal alimentada, parada afuera de un edificio de oficinas murmurando para sí misma o gritando. Es posible que esa persona tenga algún tipo de esquizofrenia. Pero esta enfermedad se presenta en una amplia gama de estratos socioeconómicos y hay personas con la enfermedad que son profesionales de tiempo completo con grandes responsabilidades. Como yo".

De la noche a la mañana surgen los primeros síntomas y es peor cuando los demás se dan cuenta primero que tú
"El siguiente evento ocurrió en la séptima semana de mi primer semestre cuando cursaba mi primer año en la Facultad de Derecho de Yale. Cito de mis propias anotaciones: 'Mis 2 compañeros de clase, Rebel, Val, y yo habíamos acordado una cita en la biblioteca de la Facultad de Derecho el viernes por la noche para trabajar juntos en nuestra tarea. Pero no llegamos muy lejos antes de sentarnos a hablar en una forma que no tenía sentido. 'Las notas son invitadas', les informé. 'Marcan ciertos puntos. El punto está en tu cabeza. Pat solía decir eso. ¿Has matado a alguien?' Rebel y Val me miraron como si me hubieran salpicado la cara con agua fría.' ¿De qué estás hablando, Elyn?".

Te desesperas pensando da donde provienen las voces en tu cabeza, además de escandalizarte por las atrocidades que dicen
"Les pregunté a mis compañeras de clase si estaban teniendo la misma experiencia de palabras que se agolpaban en nuestros casos que yo. 'Creo que alguien filtró mis copias de los casos', les dije. 'Tenemos que clasificar la articulación. No creo en las articulaciones, pero mantienen tu cuerpo unido'. Eventualmente, volví a mi dormitorio, y una vez allí, no podía calmarme. Mi cabeza estaba demasiado llena de ruidos, de personas prominentes y notas legales que no podía escribir y asesinatos masivos de los que sabía que me responsabilizarían".

Sí es posible aprender a convivir con un trastorno como la esquizofrenia, aunque al principio no lo parezca
"Tiempo después, he estado en muchos hospitales, recibiendo largos tratamientos. Pero gracias a mis familiares, mi vida no terminó en una cama de hospital. En cambio, soy profesora de Derecho, Psicología y Psiquiatría en la Facultad de Derecho de USC Gould, tengo muchos amigos entrañables y un esposo muy amado, llamado Will."

7. Es vivir cada día al borde del abismo, sin saber si decidirás en algún momento saltar al vacío o podrás contenerte
"Lo peor del trastorno bipolar es que tengo miedo de hacer cualquier cosa que me produzca demasiada felicidad porque no sé cuántas depresiones profundas más podría soportar. Después de todo, la tasa de suicidio por trastorno bipolar ronda el 20 por ciento".

8. Mientras más joven se manifieste el trastorno, es más complicado de manejar por la inmadurez emocional de quien lo posee
"El trastorno bipolar es básicamente una manía, seguida de una depresión. Cuando estoy en la fase maníaca, hago muchas cosas malas: consumo drogas, sufro de insomnio, hago compras incontrolables, e inicio mil cosas más. Y luego, caigo en depresión. Esta enfermedad comenzó cuando estaba en la escuela y me mantenía de mal humor durante varias semanas. Incluso subí a una azotea e intenté saltar. Más tarde en la universidad, fue difícil para mí asistir a clases. No tenía el impulso o la motivación suficiente para ir hasta que finalmente fui expulsada".

La última idea que pasa por tu cabeza es que estás enfermo. Prefieres autoflagelarte antes de suponerlo
"Con el tiempo, la depresión empeoró y duró más tiempo. Dejé el trabajo, no salía de mi departamento, no comía, no devolvía las llamadas que recibía. Y lo más lamentable, no entendía lo que estaba pasando conmigo, me culpaba a mí misma, lo aludía a mi pereza y mi incapacidad para hacer algo al respecto. La depresión conduce a la desaparición del pensamiento crítico. Entonces, no importa cuán extrañas parezcan las cosas, no te das cuenta de que estás enfermo".

9. Hay quienes afirman que el trastorno bipolar es muy similar al síndrome de abstinencia
"¿Cómo te sientes cuando tienes trastorno bipolar? Imagina tomar anfetaminas y olvidarte de ellas. La realidad cambiada parece normal. Después de una semana de noches sin dormir, el mundo comienza a seguir leyes que solo yo entiendo: "He sido elegida, todos mis familiares lo saben pero no me lo dicen". Mis padres no son mis padres, quieren que muera. Mis manos pueden sanar a la gente, así que tengo que tocarlos a todos".

Podrías incluso volverte peligroso para ti mismo y para quienes te rodean
"Después del primer episodio, una persona enferma a menudo aprende a manipular a otras personas con éxito, incluyendo a los médicos, sin revelar sus propios planes. Para los extraños, es difícil de entender y las personas cercanas a menudo se convierten en enemigos porque no admiten lo que es obvio. Hoy, decido visitar tantos países como pueda, y mañana vuelo a Dios sabe dónde, sin dinero en mi bolsillo. Mi último episodio terminó con 7 noches tras las rejas, deportación de un país europeo y 2 meses en un centro psiquiátrico".

10. No todos se sienten cómodos exponiéndole su estado a los demás
"Tengo un TOC, pero no se lo digas a nadie. Temo que me vean como un paria o algo similar y siento que puedo superar esto solo".

He aquí un ejemplo claro de lo que es ser una persona obsesiva:
"De todas maneras, así es como lo veo:
Cada acción que haces necesita una respuesta. Por ejemplo, si tomas un M & M rojo con tu mano derecha, entonces tienes que tomar uno con la izquierda. Eso es lo lógico (derecha, izquierda). Pero eso no está equilibrado porque tiene que ser simétrico. Entonces lo continúo haciendo ahora a la inversa para hacerlo simétrico, pero la derecha comienza y termina. Necesita sus opuestos, para completarlo. Hago eso, los tomo en este orden: derecha, izquierda, izquierda, derecha, izquierda, derecha, derecha, izquierda, que parece estar bien, pero tampoco es simétrico. Así que repito el proceso, una y otra vez, hasta que renuncio a mí misma y trato de olvidar la situación en mi mente porque no es perfecta".
Por si no te quedó claro, aquí te va otro...
"Escribiendo esto en este momento, todas las teclas de la izquierda son escritas con mi dedo índice izquierdo, y las teclas de la derecha con el índice derecho. La eliminación es mi dedo anular derecho y mi dedo anular izquierdo, todo equilibrado, todo perfecto. Sin embargo, utilizo ambos pulgares de a uno a la vez para presionar la barra espaciadora. Derecha, izquierda, luego izquierda, derecha y después izquierda, derecha, derecha, izquierda, etcétera, hasta darme por vencida. Así. Cada vez."

11. En un abrir y cerrar de ojos un diagnóstico transforma todo el panorama de tu futuro
"Hace 5 años comencé a salir con la novia perfecta. Fue genial durante 2 años y decidimos casarnos. Pero pocos meses después del matrimonio, su comportamiento cambió mucho: todo comenzó cuando decidió dejar su trabajo (aunque realmente lo quería, pero solo estuvo una semana en el puesto). Ella me explicó que su jefe la había acosado. Luego, comenzó a beber, a fumar mucho y dejó de dormir. Luego pasó la ambulancia, el hospital y el diagnóstico: "trastorno esquizoafectivo".

12. Afortunadamente, un amigo oportuno puede salvarte la vida, siempre que tengas la suficiente disposición para aceptar su sugerencia
"En Oxford, mi evidente pérdida de peso, depresión y murmuraciones conmigo mismo hicieron que un amigo me animara a ver a un doctor. Pensé: "No estoy enfermo. Solo soy una persona mala, defectuosa, estúpida y malvada". Pero al caer en cuenta de que el suicidio era una posibilidad, eso me persuadió a buscar ayuda. Me diagnosticaron como esquizofrénico en las primeras etapas de la enfermedad".

Referencias: brightside.me
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