7 Daños emocionales que sufrimos en la infancia y que siguen afectando la vida adulta

7 Daños emocionales que sufrimos en la infancia y que siguen afectando la vida adulta18shares

Puede que no recuerdes mucho de tu infancia, ya que es normal que con el tiempo olvidemos muchas vivencias de niños, no obstante, existen ciertas experiencias traumáticas que pueden marcar nuestra vida para siempre. Aún cuando no las recordemos, estas se mantienen almacenadas en algún lugar de nuestro subconsciente, haciéndonos actuar en consecuencia.

En esta ocasión, queremos hablarte de esos traumas, conflictos, daños y decepciones que pudiste haber vivido de niño y que aún persisten en la vida adulta, con la esperanza que puedas reconocer estos problemas emocionales y así poder sanar tu mente...

¡Sigue desplazándote para saber más al respecto!

Si no sabías que estos traumas infantiles podían afectar tanto tu vida, entonces COMPARTE esta nota con tus amigos. Tampoco olvides dejarnos tu opinión en los COMENTARIOS, aquí en Buenamente.com nos encantaría saber lo que piensas al respecto.

Aunque no lo creas, muchos conflictos y traumas que enfrentamos en la infancia no siempre permanecen en el pasado

Puede que suene exagerado, pero en realidad, muchas de esas vivencias que tanto daño nos hicieron de niños, con lágrimas y frustraciones, son las que determinan nuestra vida y nos hacen ser las personas que somos ahora.

Son estas experiencias las que nos terminan causando heridas emocionales tan profundas que aún en la vida adulta nos siguen afectando

De hecho, investigaciones realizada en el McLean Hospital de Belmont, Massachusetts, revelaron que el maltrato infantil, tanto físico como psicológico, tiene terribles efectos en el cerebro a lo largo del tiempo. De hecho, muchas víctimas infantiles (de ira, vergüenza o humillaciones) terminan desarrollando ansiedad, depresión, adicciones u otras condiciones en la vida adulta.

La infancia es una de las etapas más valiosas de nuestra vida

Eso se debe a que es en ella donde aprendemos más sobre el vocabulario, lenguaje y significados, además que es la fase en la que absorbemos todo aquello que se encuentra a nuestro alrededor para formar nuestra personalidad.

¿Cómo nos afectan estas heridas emocionales?

Esos traumas infantiles, también son llamados heridas emocionales, y pasan a formar parte de la médula de nuestras emociones cuando crecemos. Dicho en otras palabras, en la vida adulta vivimos las secuelas de los traumas infantiles.

Debido a eso, es muy importante entender cómo aprenden los niños

Es necesario que tomemos consciencia de esta realidad, para así revisar y controlar nuestras acciones frente a los niños. Ya que, después de todo, ellos aprenden más al observar lo que haces, que al escuchar lo que dices.

Por supuesto, no existen los padres perfectos, pero puedes ser uno mejor si das un buen ejemplo

Por esa razón, debes poner en práctica tus habilidades de observación, cambio y mejoramiento continuo, para enseñarle todo lo bueno a tu pequeño.

Igualmente, te enseñamos las principales heridas emocionales que se pueden ocasionar en la vida de los pequeños

Esto con el fin de evitar cometer estos errores, así como a su vez reconoces si tienes algunos de estos traumas para que puedas superarlo finalmente.

1. Inteligencia emocional no desarrollada

Los pequeños aprenden sobre sus emociones a través de la interacción diádica: las palabras y gestos que una madre le enseña al bebé para calmarse cuando está estresado. Más tarde, la madre los ayuda a expresar sus sentimientos, reconocerlos y les enseña a manejarlos.

Cuando los niños no tienen una buena relación con sus padres, no desarrollan estas habilidades básicas que los ayuda a controlar sus emociones

2. Apego inseguro

Cuando una madre es amorosa, cariñosa y capaz de sintonizarse con su hijo, le enseña a su pequeño que las relaciones pueden ser estables y que el mundo es un lugar hermoso, lleno de gente que se preocupa por ti. Lo que crea una base segura en su interior.

Pero cuando la madre es emocionalmente poco fiable, los niños creen que las relaciones son precarias y que nada es seguro

Por ejemplo, los niños que crecen con ese "apego inseguro", sienten una gran necesidad de conexión y viven con la sensación de que algo malo va a pasar. Además, esto le ocasiona problemas para relacionarse incluso en la vida adulta.

3. Sentimientos de aislamiento

Dado que culturalmente creemos que todas las madres son amorosas y que la maternidad es instintiva, cuando una niña crece sin el amor de su progenitora, creerá que ella es la única que tiene ese problema. Por lo que se sentirá asustada y buscará aislarse debido a la vergüenza que siente.

Es muy poco probable que alguien diga lo que siente, ya que todos desean tener una infancia "normal"

Al respecto, Andrea Brandt, terapeuta familiar, indica que cuando una persona crece con esta huella emocional es muy probable que aprenda a ocultar gran parte de su personalidad, lo que lo puede conducir a tener serios problemas mentales y emocionales.

4. Deterioro del sentido de sí mismo

El rostro de la madre es prácticamente el primer espejo que los niños ven. Cuando el rostro materno refleja aceptación y transmite mensajes como "eres lo que eres y estás bien cómo eres", los niños crecen bien. Pero cuando la madre no es amorosa, es probable que refleje todos sus defectos e insuficiencias.

Cuando un niño es rechazado o ignorado, aprende que no vale intentarlo y cree que nunca será bueno para nada

Por esa razón, siempre debes transmitir aceptación a los niños para ayudarlos a crecer sintiéndose bien consigo mismo.

5. Dificultades con los límites interpersonales

Cuando una madre está sintonizada con su hijo, puede enseñarle que hay un espacio saludable donde puede ser él mismo. Son estas las clases de madres las que no se inmiscuyen en el espacio propio, respetando el espacio de sus hijos y esperando a que ellos se expresen cuando se sientan listos.

Sin embargo, cuando la madre es sumamente intrusiva, los niños pueden aprender a interactuar a niveles más superficiales para mantener su independencia

Por esa razón, es necesario respetar el espacio de los niños y nunca obligarlos a hablar contigo si no están listos.

6. Falta de confianza

Para que puedas confiar en los demás, primero debes aprender que el mundo es seguro y que la gente no es mala. Pero cuando un padre es emocionalmente poco fiable, los niños aprenden que las relaciones son inestables y peligrosas, por lo que no se puede confiar en otros.

Los niños que crecen sin amor suelen tener muchos problemas para confiar en las relaciones que establecen, sobre todo en aquellas que traspasan el núcleo familiar

7. Elección de amigos y parejas tóxicas

Por lo general, intentamos permanecer en la zona de confort, aún en nuestras relaciones. Por esa razón, existe la posibilidad que te sientas atraído por personas que te traten como tus padres, ya que es una zona de confort familiar.

No obstante, debes saber que no siempre esa zona de confort es saludable o te ofrecerá felicidad

Solo cuando empecemos a reconocer las heridas de la infancia, dejaremos de recrear la atmósfera emocional en la que crecimos.

Debes saber que el primer paso para la sanación es reconocer estas heridas emocionales

Solo así podrás superarlas y hablar de ellas puede ser de gran ayuda, por eso recomendamos contactar a un profesional para que puedas lidiar con estos traumas.

Y tú, ¿qué opinas al respecto?

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