12 Historias que demuestran que el amor verdadero existe

¿Existe el amor? El amor es un sentimiento muy abstracto que muy pocas parejas pueden experimentar en su plenitud. Solo los más afortunados pueden disfrutar de un amor duradero. Por supuesto, existen escépticos empedernidos que no creen en el amor. Sin embargo, resulta cuanto menos difícil negar su existencia. Los jóvenes creen que el amor verdadero sólo está en las películas, pero hay constancia de que las hermosas historias de amor también pueden ser reales.

Hoy parece un buen día para celebrar el amor en todas sus formas y versiones, y ¿qué mejor forma de hacerlo que recordando las historias de amor que más nos han emocionado últimamente? Conmovedoras, divertidas, inspiradoras y con finales felices. Y lo mejor de todo, no han salido de una película o de un libro de ficción. Son reales, como la vida misma. Han ocurrido, demostrando que en el mundo también pasan cosas buenas y que, en ocasiones, la realidad supera a la ficción. En Buenamente.com hemos recopilado para ti 12 historias de amor que prueban que el amor verdadero sí existe.

1.

Mi esposo fue a una fiesta de su trabajo una noche. Tiene compañeros más jóvenes que nosotros, muy divertidos, y las muchachas son muy lindas. Siempre he confiado en él, pero en esa oportunidad me sentía celosa. Cuando nos acostamos a dormir, él cayó rendido de una vez y yo, al rato, me acerqué para darle un beso, él reaccionó golpeándome en la nariz. Entre dormido y despierto, creyó que aún se encontraba en la fiesta. Se me quitaron los celos.

2.

Yo considero que el amor real no se demuestra con regalos o costosos ramos de flores. Mi padre le demuestra su amor a mi madre ayudándola con mucho gusto a depilarse las piernas, yendo la tienda de al lado a comprarle compresas, puliendo sus zapatos cada noche, y al mismo tiempo, todos los días le dice cuán hermosa es y cuánto la ama. ¿Te parece que es un hombre dominado por su mujer? Pues no es así, simplemente está muy enamorado de su esposa, quien tiene graves problemas graves de la columna vertebral.

3.

Cuando tenía 13 años, acostumbraba ir a ver las estrellas con mi amigo Miguel. Íbamos a un campo a las afueras de la ciudad, ya que allí había menos luz y podían verse mejor las constelaciones. No había nada romántico entre nosotros, una amistad inocente típica de la infancia. No llegábamos a acariciarnos las manos ni siquiera. Miguel me explicó algo sobre la Estrella Polar mientras yo lo miraba, y pensaba: ¡no me importaría lavar a mano sus calcetines sucios! Quizás esto es en lo que consiste el amor, pensé en ese momento.

4.

Quise prepararle una cena romántica a mi esposo, porque tenía mucho tiempo sin tener un detalle con él. Normalmente eran el cansancio y el trabajo, me dificultaban hacerlo. Cuando tenía todo listo, sonó el timbre, llegó mi esposo del trabajo con un ramo de flores y me dijo: "Venía del trabajo pensando en que hace demasiado tiempo que no le regalo flores a mi esposa".

5.

Mi madre siempre contaba la historia de cómo mi padre la esperaba todos los días en la parada del autobús cuando ella salía del trabajo, porque tenía miedo de que pudiese ocurrirle algo malo. La parada estaba bastante lejos de casa y lo único que tenía era una señal de tráfico. El autobús pasaba cada media hora. Mi padre siempre la esperaba en la parada del autobús, incluso si llegaba tarde. La esperaba incluso cuando hacía frío, en la oscuridad, solo, sin poder guarecerse del viento y la nieve. Jamás se quejó.

6.

En el día de mi cumpleaños mi novio, como de costumbre, tuvo que irse a las 23:50 para poder tomar el autobús. Me pidió disculpas porque no podría ser el primero en felicitarme, y prometió enviarme un SMS. A las 00 horas en punto me llegó su mensaje con el siguiente texto: “Feliz cumple“. Cuando empezaba a responderle igual de seca, tocaron la puerta. Al abrir lo vi, ¡con muchos globos en sus manos! Sujetaba las cuerda, y me leyó un poema con voz temblorosa, nervioso y me felicitó. Parecía un niño, recitando un poema por primera vez en una fiesta de colegio. Fue lo más dulce que he visto en mi vida.

7.

Cuando comencé a salir con un chico, decidí invitarlo a mi casa con el plan de tener una noche romántica, pero me cayó mal el sushi y pasé vomitando la mitad de la noche. Me imaginaba que nuestra relación se acabaría sin siquiera haber comenzado. Al salir del baño, el chico no estaba. Pensé que se había ido. Luego de 20 minutos, regresó con pastillas y un suero a base de agua y limón. En una zona que no conocía ¡logró conseguir una farmacia de turno! Me cuidó hasta que me dormí y seguía allí en la mañana. Sentado conmigo, abrazándome.

8.

Cuando le pregunté a mi marido qué es el amor, me respondió: ”Es cuando ella tiene los labios manchados, por un lado con mayonesa y por otro, chocolate. Y entonces te dice que sólo come legumbres porque está a dieta. Y le crees. Porque eso es amor"

9.

Mi abuela pasa todo su tiempo acostada, debido a que ya no puede caminar. Mi abuelo es quien la cuida. Cada vez que llega la primavera va al bosque y recoge flores para ella. Y todos los días le compra algunos dulces. Los admiro, sencillamente.

10.

Todos tienen románticas y dulces historias de amor. ¿Saben cómo conocí a mi novio? En una fiesta se sentó junto a mí y simulando que me amenazaba con una zapatilla, me dijo: "Eres mi mujer ahora. ¡No te atrevas a dejarme!" Eso es amor.

11.

Peleé con mi novia por algo tonto y me fui a dormir al auto. Decidí prender la calefacción, enciendo el vehículo y las luces se prendieron solas. Ahí me di cuenta que mi novia estaba frente al auto en pijama. Traía una almohada y una manta. Dormimos juntos en el auto esa noche.

12.

Para mi segundo aniversario de boda, mi esposo y yo decidimos ir a un restaurante esa noche, pero no estaba de humor, así que le pedí que no me regalara flores. Cuando vino a recogerme, en el asiento del auto, encontré un ramo de lirios de papel. Pasó medio día tratando de dominar el arte del origami. Y en la noche, me enseñó cómo hacer estas flores. Ese ramo, para mí, vale mucho más que cualquier otro regalo, por muy caro que sea.