12 Extraordinarias mujeres que hicieron grandes a los hombres que estaban a su lado

Se dice que detrás de cada gran hombre, hay una gran mujer. Y esto resulta más cierto de lo que parece a primera vista. Y en varias áreas. Hay mujeres que apoyan a sus parejas detrás de bambalinas, hay quienes lo hacen de una manera más notoria, hay algunas, incluso, que con su mera presencia le regalan un "no sé qué" a sus hombres que quizá de otra manera no tendrían. Quién sabe qué hubiera sido del destino de los más grandes músicos, artistas, cineastas y escritores, si no fuera por sus sabias, pacientes, atentas y amorosas esposas.

Hoy en Buenamente.com hemos querido rendir un muy merecido homenaje a las grandes mujeres que ayudaron a sus esposos a llegar a la cima de la fama en sus respectivas profesiones y quienes siempre estuvieron ahí para apoyarlos en todo sentido.

Kate Middleton

El príncipe William ha sido desde su nacimiento una figura de interés público, un militar con preocupaciones muy humanas y el galán por el que más de una y en más de un continente se derrite; pero desde su pública boda con Kate Middleton, este gran hombre parece ir en franca subida en un cohete que no tiene aún cima de aterrizaje. No podemos decir que es gracias a la Duquesa de Cambridge que el hijo de la princesa Diana está en donde está, pero tampoco podemos negar que su mera presencia y el trabajo humanitario que ha realizado en comunidades pobres no han ayudado a levantar la imagen de la pareja real a status de favoritos.

Próximamente será mamá de nuevo, haciendo padre al príncipe por tercera vez y estamos seguros de que la veremos aparecer en la prensa rosa al lado de su nuevo bebé a cada oportunidad. ¿La pareja del momento? Sin dudarlo. ¿Quién sería William sin Kate a un lado? Probablemente el príncipe que siempre fue... Pero no la estrella en el tope que es ahora.

Michelle Obama

Si de Primeras Damas se trata, no cualquiera logra posicionarse en los medios como una favorita, de hecho, para muchas, ha sido mucho más fácil caer en lo "criticables" o "poco queridas". Pero no es el caso de Michelle. La esposa de Barack Obama mantuvo los ojos del mundo fijados en ella desde su primera aparición pública con un impecable estilo, una sonrisa de comercial y mucha carisma. En los eventos políticos privados y televisados era a ella a quien muchos esperaban ver. Claro, la presencia del Presidente es una que por título resulta imprescindible, pero la Primera Dama podría pasar desapercibida y eso es algo que Michelle se negó a hacer, y de la manera más óptima.

La limpia imagen de esta esposa presidencial ayudó a mantener el propio allure de Barack Obama como gran hombre de familia, padre ejemplar y líder. No por nada Michelle rompió un esquema que no se había visto en Hollywood: una Primera Dama entregando un Oscar. El cariño que esta gran mujer recibió es equivalente al apoyo que su esposo recibió de sus votantes.

Helena Bonham Carter

No piensen en cómo se viste que no es lo importante. Lo relevante aquí es el qué sería de las películas de su ex marido, Tim Burton, si ella no apareciera en los personajes más emblemáticos. Una Reina de Corazones en 'Alice in Wonderland', una Mrs. Lovett en 'Sweeney Todd' o una bruja en 'Big Fish'. Es gracias al talento de Helena que Burton ha podido llevar de su cabeza a la pantalla fantásticos personas que, probablemente en manos de otras actrices, no hubieran resultado tan memorables como lo son ahora.

Claro que más allá de lo que Helena Bonham Carter puede hacer una vez que la cámara comienza a rodar, no podemos evitar pensar en lo perfectos que eran el uno para el otro. Helena y Tim eran tan complementarios que incluso los looks de cada uno parecen ligarse para formar una sola figura gótica. Si de grandes mujeres detrás de grandes hombres hablamos, el caso de Bonham Carter podría ser el más literal. Ella, siempre (y realmente queremos decir siempre) está detrás... De su lente. Todavía no entendemos por qué se separaron.

Catherine Martin

Tal vez jamás habían escuchado hablar de ella (tal vez sí), y la razón por la que su nombre no es tan "público" es porque su trabajo habita básicamente en el detrás de cámaras de las producciones de su esposo: Baz Luhrmann. Es a Catherine Martin a quien le debemos las fantásticas (y tantas veces "fairytaleish") direcciones de arte y vestuario de películas dirigidas por su marido como 'Moulin Rouge', 'Australia' o 'Romeo + Juliet'. La originalmente diseñadora de vestuario inició las colaboraciones con -el que sería su futuro- esposo desde los 80; década en la que Baz Luhrmann con la innigualable ayuda de la mujer que lo apoyaba frente a todo se dedicaba a montar obras de teatro en Australia.

El trabajo de Catherine no pasa en absoluto desapercibido dentro de la industria del cine. En 2001 la esposa del muy creativo realizador se llevó dos estatuillas doradas del Oscar por el diseño de producción y vestuarios de 'Moulin Rouge', y el año siguiente, en 2002, terminó con un galardón del Tony en las manos luego de montar al lado de Luhrmann 'La Boheme' para Broadway. Baz Luhrmann sin Catherine Martin simplemente no sería Baz Luhrmann.

Cristen Chin

Modelo extraordinaria que ha servido de musa para uno de los fotógrafos más importantes del mundo de la moda. Nos referimos, claro, a Nigel Barker, ex juez de 'America's Next Top Model', y anfitrión del reality 'The Face', junto a Naomi Campbell y Coco Rocha. Nigel no estaría en donde está si no fuera por la top model a la que llama "esposa", y lo decimos de la manera más literal posible. La única razón por la que el fotógrafo dejó su natal Londres, fue porque, luego de conocer a Cristen en Milán, no pudo sino seguirla a París para poder conquistarla y de ahí a Nueva York (lugar al que ella decidió mudarse) donde finalmente formalizaron su relación. "Sabía que él me seguiría alrededor del mundo", llegó a confesar ella. Y bien hizo Nigel en viajar detrás de ella, pues fue en Estados Unidos donde terminó por consolidar su status de celebrity.

Teniendo una musa en casa es imposible no tener inspiración Cristen Chin ha salido en portadas en Glamour, Vogue, Cosmopolitan, y desde su trinchera realiza el papel no sólo de soporte para la carrera de su esposo, sino también de madre de sus dos hijos: Jack y Jasmine. Crissy Chin no es sólo la trophy wife de Nigel Barker, pero la mujer que no se separa de su lado y que lo acompaña a cuanta entrevista, alfombra roja y set que tenga que acompañarlo, con tal de ver a su galán marido parado en el spotlight que se merece.

Gala

La ahora legendaria Gala solía llamarse Elena Diakonova. Se dice que fue ella la primera en notar el genio real en el artista español Salvador Dalí. Cuando se conocieron, Dalí sufría de ansiedad agobiado por sus demonios, mientras la falta de reconocimiento lo empujaba hacia una profunda depresión. Gala se convirtió en su primera mujer, musa, modelo, madre, asistente personal y gerente. Ella se encargó de su carrera también; organizaba las exposiciones y encontraba nuevos clientes.

Con ella a su lado, Salvador Dalí gradualmente encontró una nueva sed de vida. A partir de ese momento, cada obra de arte que creaba fue firmada "Gala-Salvador Dalí". Siempre afirmó que él se convirtió en un verdadero artista gracias a ella.

"Amo a Gala más que a mi madre, más que a mi padre, más que a Picasso e incluso más que el dinero. ¡Gracias, Gala!" Salvador Dalí

Clementine Churchill

A lado de su querida Clementine, el primer ministro británico, oficial en el ejército británico, político inflexible, y famoso estadista de Inglaterra Sir Winston Churchill se convertía en un adolescente dulce e ingenuo. Ella fue su fiel amiga y aliada.

Clementine tenía un carácter fuerte y una mentalidad práctica, que se negó a vivir a la sombra de su gran esposo. En su lugar, la pareja se inventó su propia fórmula del amor. Se comunicaban entre sí a través de cartas y tarjetas postales, en las que usaban apodos de cariño. Él era su “pug“ y posteriormente ”puerquito“, y ella era su “gatita”. Parece que Clementine logró resolver el secreto de cómo mantener una relación fuerte y apasionada incluso después de 57 años de matrimonio.

Oona O’Neill

"Él me hizo madurar y yo lo mantenía joven", decía Oona O’Neill acerca de Charlie Chaplin. O’Neill le fue presentada a Chaplin, quien la considero para un papel en una de sus películas, cuando ella sólo tenía 17 años, él ya era un famoso comediante de 54 años de edad.

Su matrimonio duró 34 años y ni siquiera el padre de Oona, el dramaturgo estadounidense Eugene O’Neill, lo pudo impedir. Tuvieron ocho hijos juntos: 5 hijas y 3 hijos, y así permanecieron casados hasta la muerte de Chaplin en 1977. Después de casarse, O’Neill renunció a sus ambiciones profesionales y se convirtió en una esposa feliz y una madre amorosa. Ella fue la única musa en la vida de este brillante actor.

Sofía Tolstoi

Uno de los más grandes novelistas rusos, León Tolstói, pasó casi medio siglo con su musa y esposa Sofía. Ella era su multifuncional ángel de la guarda. Ella era su asistente personal, directora, enfermera y editora. También actuó como copista de la épica La Guerra y la Paz (¡la tuvo que escribir 7 veces!). Después de la muerte de su marido en 1910, se convirtió en el guardián de su patrimonio creativo. Ella valientemente siempre aguantó las extravagantes rarezas de su marido y lo protegió del ejército de aficionados que frecuentemente llenaban su casa buscando conocer al gran escritor.

Giulietta Masina

El matrimonio de Federico Fellini y Giulietta Masina duró 50 años y 1 día. El gran director y la brillante actriz eran muy diferentes: él prefería la vida de lujo y atención de las mujeres; mientras que ella, por el contrario, siempre le fue fiel y leal a él. Sin embargo, incluso dificultades como estas no les impidieron ser felices juntos. Dependían tanto el uno del otro que no podían pasar más de un mes separados.

Cuando Giulietta no estaba en el set acompañando a Fellini, él se ponía histérico y la llamaba para pedirle consejos sobre cada uno de los detalles de las filmaciones. Ella editó guiones y eligía actores para las películas. A pesar de que ella era una gran actriz y participó en películas de su marido como La Strada y Noches de Cabiria, optó por sacrificar su carrera profesional y dedicarse completamente a la carrera de su brillante marido.

Yoko Ono

Los fans de los Beatles a menudo culpan a Yoko por la ruptura de la banda legendaria, aunque las cosas entre ellos empezaron a marchar mal mucho antes de que John Lennon conociera a su Yoko.

Fue Yoko quien introdujo a un joven Lennon al mundo mágico y desconocido de la creatividad: conceptos como la pintura de vanguardia, la literatura y performance extravagantes. Gracias a Yoko, John Lennon lanzó su álbum como solista cuya canción titular ’Imagine’ se convirtió en un himno internacional para los hippies. John Lennon dijo una vez que únicamente con ella era verdaderamente feliz, y que él y Yoko compartían una sola alma.

Mercedes Barcha Pardo

Gabriel García Márquez conoció a su futura esposa cuando apenas eran unos niños que no pasaban de los 13 años. Sin embargo, desde que el escritor vio a esta bella chica siempre quiso casarse con ella, y el sentimiento era mutuo, así que tiempo después, en 1958, se unieron en matrimonio.

Mercedes estuvo siempre allí para su querido Gabo. Cuando él estaba trabajando en su famosa novela Cien años de soledad, su familia estaba pasando por problemas económicos. Ella era el sostén de la familia, apoyó a su marido y lo animó a seguir escribiendo. "Cuando el dinero se acabó, ella no me dijo nada. Mercedes logró, no sé cómo, que el carnicero le fiara la carne; el panadero, el pan; y que el dueño del apartamento nos esperara nueve meses para pagarle el alquiler", comentó Márquez alguna vez a su colega Plinio Apuleyo Mendoza refiriéndose al tiempo que le tomó escribir la novela con la cual ganó reconocimiento mundial y un Premio Nobel.

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